Por Damián "Puma" Gaspari

29 de marzo de 2021

Músico, compositor, cantante. Parte esencial de la historia del rock argentino. Miembro de bandas eternas como “La Pesada del Rock”, “Pappo´s Blues”, “Polifemo”, “Color Humano”, “Pescado Rabioso” y “Serú Girán”. Llega a La Plata para tocar el 1º de abril en el teatro Coliseo Podestá. Entra en La Cueva: David Lebón…

Volvés a tocar en La Plata en el teatro Coliseo Podestá después de mucho tiempo…

Tengo muchas ganas, hace un montón que no voy a La Plata, tengo muy buenos amigos en la ciudad.

“Nos veremos otra vez” se llama la gira. ¿Qué frase importante luego de todo lo que nos pasó en la pandemia no?

Exactamente. Es increíble, la música te toma por sorpresa, hacés una canción y de repente al año o más, te das cuenta que la hiciste por algo. En ese momento no sabías que era así. Por ejemplo, “Nos veremos otra vez” es de Serú Girán, fíjate el tiempo que pasó. Y cuando la tocamos la gente la disfruta, estamos todos de acuerdo de vernos otra vez. Es hermoso lo que pasa con el laburo que Dios me dio. Mi ejemplo es Dios, no hay otro.

Hemos estado tan lejos de la familia, los amigos… no sólo para ustedes los artistas es importante que vuelvan a tocar, para la gente también…

Es hermoso, hace unos días tocamos en Mar del Plata, dónde también se había suspendido por el COVID, y fue maravilloso, todo el tiempo la gente parada, no se quería ir del teatro. Quiero que la gente sepa que soy un hombre de familia, soy muy casero, no soy de salir mucho, entonces cuando voy a tocar para mi es una fiesta. También hablamos y pensamos cosas serias porque somos familia, así me siento arriba del escenario con la gente porque nos conocemos hace muchísimo tiempo, gracias a Dios y a la compañía Sony que me hacen sentir como un pendejo (risas).

Todavía sos un pendejo…

Si a vos te parece que 70 años es ser un pendejo…está bien (risas). La verdad es que me siento muy bien, no tengo problemas de salud, el único problema que tengo es que extraño el escenario. Me gusta estar arriba, disfrutar, son muchos años de estar en el escenario. También me gusta estar con mis nietos, con mi familia y amigos.

Tantos años de escenario y siempre viniste a La Plata. ¿Sentís un feeling especial con la gente en la ciudad?

Nosotros fuimos muchísimo a tocar a La Plata, con “La Pesada del Rock”, “Polifemo”, con “Serú Girán” también. Además de tener muchos amigos, La Plata tiene mucho que ver conmigo.

Hay una “explosión cultural” luego de la pandemia, muchos shows, artistas, está muy bueno eso…y hay una mancomunión de los artistas.

Sí, es hermoso lo que está pasando. Me siento muy querido por mis amigos y mis colegas. Me llevó bien con la mayoría, últimamente hablo mucho con Fito Páez, que siempre nos respetamos pero no éramos amigos, y ahora nos llamamos, nos hacemos chistes. Es fundamental sentirse así.

¿Cuando llega el respeto y el amor de los colegas es lo mejor no?

El respeto y el amor es la mejor combinación. Me siento así con la gente también. Los respeto, trato de no meterme en la vida de cada uno, no dar demasiados consejos porque a mi a veces no me salieron (risas).

¿Sos feliz?

A pesar de cómo está el mundo soy feliz, soy feliz porque estoy vivo. Y tengo unos recuerdos divinos de la gente que ya no está, que fueron más que mi familia y amigos. Los tengo a todos en mi corazón, y no hay día que no hable en silencio con ellos.

¿Te considerás un referente del rock argentino? ¿Sos consciente de todo lo que hiciste?

Claro que sí porque estuve ahí. Quizá cuando era más joven había tomado unas copas de más no era tan consciente (risas). A veces ha pasado, pero para tocar siempre fui una persona muy profesional, hubo una época de locura pero ya pasó…

Era la famosa época del reviente…

Pero antes nos juntábamos y era distinto. Ahora todo lo que la gente consume lo lleva a la violencia. Estamos enojados, en una época con mucha violencia. Yo estoy enojado porque me da bronca que no nos demos cuenta lo que pasa, hemos vivido mucho tiempo en este mundo, ya sabemos cómo son las guerras por ejemplo, hay que terminar con todo lo que pasa, son unos boludos bárbaros. Y acá no quiero ni hablar de la gente “que debería estar cuidándonos”.

 

Te llevo hacía atrás en el tiempo… ¿Recordás tu primer contacto con la música? ¿Fue diferente en tu caso por vivir tu infancia en Estados Unidos?

Totalmente eso fue lo que me pasó, fue buena suerte para mi porque cuando volví a Argentina inmediatamente empecé a tocar con “La Pesada”, con Pappo, ahí tocaba el bajo, la viola…después en “Color Humano” toqué la batería. Cualquier cosa que me daban algún sonido le sacaba. Pero volviendo a mi infancia yo moría por The Beatles. Cuando fui con mi madre a Estados Unidos, ellos recién empezaban su fama, imagínate llegué allá y era la beatlemanía. Ya me había dejado el pelo largo, las botas Beatles, polera y pantalón negro.

Era una moda además de la música…

Claro, pero a parte en la escuela te permitían vestirte así. Mientras vos estudiaras en la escuela de Estados Unidos, ya en 1962 podías ir como quieras. No tenías que llevar uniforme, y había otros permisos que en Argentina no había aún.

Y toda esa movida que vos viviste llegó luego a la Argentina…

Cuando llegué a Argentina en 1969, ya estaban “Los Shakers”, “Los Gatos” y muchos otros grupos que la gente hoy no recuerda. Pero lo de “Almendra” y “Manal” para mi fue definitivamente lo me que hizo quedarme en Argentina.

¿Ahí viste la oportunidad de hacer algo con la música?

Me di cuenta que había pocas bandas y que yo podía servir. Si yo me quedo en Argentina voy a servir más que en Estados Unidos que estaba lleno de bandas, me dije. De todas maneras, unos años después volví a Estados Unidos, antes de hacer Serú 92, y ya no era lo mismo de cuando estaba en la época del “flower power”. Ya estaba denso el clima allá.

¿Siempre fue la música en tu vida?

¡Siempre! Desde el ejemplo de ir al baño con la guitarra y estar tocando hasta que se me dormían las piernas (risas)

Pero llegaste a laburar de otras cosas…

Laburé sí, pero para comprarme instrumentos. Para comprar mi primera guitarra laburé de cosas que no había hecho nunca en mi vida, por ejemplo, en una carpintería, que lo que hacía era pegar puertas y después de “che pibe”, tráeme las maderas, tráeme otras, barrer hasta después de hora para ganarme unos mangos más. Después trabajé en una herrería artística que quería aprender a soldar, pero mientras tanto tenía que bajar los fierros del camión y esas cosas (risas). Y el último trabajo fue en dos negocios conocidos que no me acuerdo el nombre, pero tenía que llevar trajes a coser, pero la verdad es que nunca me gustó tener jefe. Nunca me gustó que me dijeran que tengo que hacer.

¿Es la vida un poco del músico la de ser “tu propio jefe”?

Sí, creo que también es la vida un poco de todos. A todo el mundo le gustaría ser su propio jefe. Una vez hice un curso dónde te enseñaban que si eras jefe de un lugar tenías que tratar a todos por igual, con cariño, pero no pasa siempre.

¿Y en tu casa te apoyaron con tu decisión de ser músico?

Mi vieja fue la primera que me dio el sí, y fue fundamental el apoyo.

En esa época era más difícil decir voy a dedicarme a la música…

En esa época ser un “beatle” era muy difícil. Te decían que hagas música pero te preguntaban de qué vas a trabajar (risas)

Hace unos días pasó otro aniversario del 24 de marzo en Argentina…vos fuiste unos de los pocos músicos secuestrados durante la dictadura…

La verdad que nunca me di cuenta que pasaba, me habían dicho que me vaya. Yo tenía mi casa, mi familia, pensé “¿dónde carajo voy a ir”?, irme porque sí. No me daba el bocho para pensar que estaban secuestrando gente, hasta me peleaba con mis amigos que me decían “ándate”. Se fue Marilina Ross, Piero, Litto Nebbia, y yo me quedé y la ligué. Fue muy desagradable, por suerte estoy vivo, muy fuera de lugar, yo no tenía que ver con nada y ellos lo sabían. Fue otra manga de pelotudos que pensaban que tenían que deshacerse de la música porque era el opio para el pueblo. Creían que la gente se ponía estúpida con la música, fue una pelotudez total, censurar canciones, teníamos una lista negra de palabras que no podíamos decir, una locura.

La música salva y sana…

La música cura. Yo en esta gira estoy viviendo algo hermoso. Estoy viendo como la gente tiene tanta confianza y respeto conmigo, y no solo como músico sino como persona. Yo pisé minas y no volé por el aire porque me tocó seguir haciendo lo que me gusta hacer.

¿Cada concierto luego de la pandemia es una celebración?

Es una celebración de vida. Y la gente también lo vive así.

Y las canciones que son mojones en la vida…vos siempre le cantaste al amor

Siempre le canté al amor, pero no solo al amor de la pareja. Sino al amor tuyo, personal, aprende a amar y amarás. El abrazo, hay muchas sensaciones lindas. Mi señora, a veces me reta, porque yo soy muy toquetón, de abrazar, y con el virus no se podía hacer eso. Pero me olvidaba.

¿Se viene un nuevo disco con músicos invitados?

Está muy cerca de salir, en mayo

¿Hay un tema con Charly García en el disco?

Eso dicen…eso dicen todavía yo no sé (risas)

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