Por Nuno Estelrrich

5 de octubre de 2020

Después de mucho mucho tiempo pintando figuras negras sobre el asfalto,

De ver pasar horas infinitas sin razón,

De patear mil momentos de colgar de una cornisa muerto de risa,

Y caminar por mil veredas grises de aquellos otoños interminables,

Reconstruyéndome y armando juntando mil piezas ,

Deseando esfumarme mudarme a otro cuerpo cambiar de muda,

Despreocupado sintiéndome impunidad en el ambiente,

Me convertí en aquel ciego mudo sordo,

Sobrevivir fue mi objetivo caminando solo en círculos de pura sal junto a un sapo lleno de espuma

Dibujando con polvo de ladrillo y haciendo triángulos de tiza,

 

Luego mirando el horizonte colorido sin final,

Desperté siendo un pobre susurro ya casi en el olvido,

Como todo ser que se portó muy mal,

Luchando con mil voces que no paran de gritar unidas en un coro,

Pero tu delicada sonrisa y tu enorme humanidad,

Aquí nos tiene en un rincón mugriento donde empezaste a curar,

Mis heridas y los fantasmas comenzaste a espantar

Mientras que con clavos comienzo a desgarrar la espalda.

 

Después de tantas vueltas y sin marearme por la fortuna,

De ver pasar infinitas cosas y no obtener ninguna,

De patear mil momentos de colgar de una cornisa envuelto en llanto del barato vino,

Y caminar por mil veredas buscando casi nada que me sirva,

Reconstruyéndome y armando un rompecabezas imposible de terminar,

Deseando esfumarme mudarme a otro cuerpo

cambiar de muda poder terminar de mutar,

Despojarme de la risa del llanto y de la malicia,

Me convertí en aquella sombra que no logra ver la luz,

Sobrevivir fue mi objetivo caminando solo en círculos de pura sal,

Dibujando con polvo de ladrillo y haciendo triángulos de tiza,

 

Luego mirando el horizonte colorido de un día más,

Desperté siendo un pobre susurro ya casi en el olvido,

Como todo ser que se portó muy mal se ríe en silencio y no desea luz.

Luchando con mil voces que no paran de gritar que soy un cruel idiota,

Pero tu delicada sonrisa y tu enorme humanidad,

Aquí nos tiene en un rincón donde empezaste a curar,

Mis heridas y los fantasmas comenzaste a espantar

Mientras que con clavos comienzo a desgarrar tu espalda.