Por Santiago Patiño
Con 17 años y 600 millones de escuchas en su single más famoso, “Bad guy”, Billie Eilish Pirate Baird O'Connell es la nueva sorpresa y revelación en el mundo del pop.
La joven californiana adquirió fama en 2016 con su sencillo “Ocean eyes”. Millones de fans en todo el mundo la aclaman como una gran cantante, música y hasta influencer. Esta joven de pelo celeste por unos meses y morocho por otros tantos, deja una marca en cada adolescente que escucha sus canciones o que presencia sus shows, y en sus 32 millones de seguidores en Instagram.
Es que hasta la vestimenta que Eilish utiliza durante sus giras genera furor en su público más allegado. Sus remeras de mangas un poco más largas que los codos y sus shorts por debajo de las rodillas aportan a la escenografía y la estética de sus presentaciones. Tanto es así que se unió al famoso ilustrador francés “Freak City” para lanzar su línea de ropa. Pero dejando de lado lo ajeno a su música: ¿Cuál es la clave del rápido éxito de Eilish?
Sus letras.
Sabemos que hoy, si tu canción es un poco pegadiza basta para figurar en los primeros puestos de los rankings musicales, como también con tener una buena lírica alcanza y sobra. Pero Eilish va más allá de las condiciones básicas del mundo y de la industria de la música. Me arriesgo a decir que esta joven enseña a sus fans a adaptarse y a querer las tristezas que la vida presenta.
“Billie” confesó hace varios meses sufrir de depresión y del síndrome de Tourette, un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos no intencionales. Estos dos factores son claves en la producción de sus versos, y en la repercusión que genera en sus oyentes.
“Don't say I'm not your type, just say that I'm not your preferred sexual orientation”/ “No digas que no soy tu tipo, sólo di que no soy lo que prefiere tu orientación sexual”, canta Eilish en su single “Wish you were gay”. Eilish nos da un mensaje sobre aquellas personas que son rechazadas debido a su preferencia sexual. “If "I love you" was a promise, would you break it, if you're honest”/ “Si el te amo fuese una promesa, ¿la romperías si eres honesto?”, de su éxito “Idontwannabeyouanymore”. “My boy don't love me like he promised, he ain't a man, and sure as hell ain't honest” / “Mi chico no me ama como prometió, mi chico no es un hombre y seguramente no es honesto” del sencillo “My boy”.
En cada canción, esta joven transmite un sentimiento de aliento, apoyo y enseñanza, o simplemente una metáfora. Y es que estos temas son claves y fundamentales en la etapa de la adolescencia. No es casualidad que la gran mayoría de su público ronde entre los 15 y 18 años.
Billie Eilish es sin dudas una representación de lo que una mujer de 17 años vive o puede vivir en el día a día. En sus letras plasma la realidad de la joven sociedad, esa realidad que muchas veces es tapada por alguna neblina o algo que no nos deja ver con claridad, aunque muchas veces es completamente invisible.
Esta muchacha de 17 años logra mostrar al mundo la relevancia que se le debe dar a temas tan difíciles y oscuros como la depresión. Tal vez ahí está el chiste, todos y todas sabemos de la importancia que tiene una enfermad como esta, pero hasta que una cantante ampliamente reconocida no toca el tema, nadie se atreve a hablar del mismo.
¿Es Billie una futura promesa? De eso no cabe duda. El hecho de que a la corta edad de 17 años y con un solo disco tenga la cantidad de fanáticos que tiene, las millones de reproducciones y escuchas que se muestran y el buen ojo de las disquerías y los productores musicales encima suyo, es suficiente para pensar en un largo camino por delante. Pero como dije anteriormente, su futuro va a estar sustentado no solo por la música y la pista que suene de fondo mientras se oye su voz, sino también por el mensaje y la batalla que tratará de dar sencillo a sencillo, disco a disco, show a show.
Para escucharla en Spotify