Por Damián "Puma" Gaspari
21 de julio de 2021
PH Hugo Panzarasa
Músico, cantante, compositora, fotógrafa y artista. Una de las figuras femeninas más destacadas en la historia del rock argentino. A los 12 años tenía su dúo musical y desde los 15 que recorre los escenarios del país y del mundo. A la espera para publicar su nuevo disco doble llamado “Cazadora de cielos”. Entra en La Cueva: Claudia Puyó…
¿Cómo venís llevando la pandemia en lo personal y laboral?
En lo personal complicado porque estoy cuidando a mis padres que son muy ancianos, más en éstos momentos de cuidados. Y en lo laboral también porque no puedo salir a tocar, yo vivo de la música, soy un músico de escenario, y durante estos meses no pude hacer shows presenciales casi.
Por suerte aprovechaste el tiempo para hacer un nuevo disco…
Pude hacer un disco doble, hace mucho lo tenía pensado. Mi último disco independiente había sido “Primavera por un día”. Mientras tanto seguí grabando durante estos años. Además de subirlo a las plataformas mi idea es editarlo en formato físico. Componer, tocar eso me hace bien sino me explota la cabeza. Y el disco está bueno, son 29 temas. Son 16 míos y versiones de otros artistas.
¿Y ya tiene nombre?
Se va a llamar “Cazadora de cielos”, porque yo soy fotógrafa también. Y me encanta sacarle fotos al cielo. El año pasado ya subí algunas cosas nuevas a mi canal de Youtube, nunca lo había hecho, porque como te decía, soy un bicho de escenario, soy de esa generación.
¿Y de qué va el disco?
Es un disco oscuro, fueron tiempos oscuros en mi vida, soy muy realista, no puedo cantar canciones felices (risas). Pero las versiones no son oscuras, grabé “Ojos de videotape”, “Nos volveremos a ver”, “Fina ropa blanca” y otras. Mis canciones son más heavy, bastante oscuras. Es un disco raro, con mucho rock, soul, blues y hasta tango. Se nota mi personalidad.
Es raro además pensar en el concepto de un disco hoy en día…es más común lanzar canciones…
Cuando era niña se decía simple (risas). Me parece mucho más fácil ahora tirar un tema porque no tenés la capacidad de hacer 29 (risas), soy re mala, es chiste. Creo que tiene que ver con el marketing, a mi no me cierra nada, soy independiente, odio todo, por eso no me ves en la TV ni en programas extraños.
¿No ves los programas de música en TV como “La Voz” u otros?
Una vez me presentaron a alguien que había ganado en “Operación Triunfo” y le dije…”¿te dolió mucho la operación?” (risas). No creo en ninguno de esos programas, no creo que nadie pueda tener la capacidad de juzgar si alguien es bueno o malo. Me hace mal verlos.
La música va por otro lado…
Totalmente, la música y el espíritu van por otro lado. Sino Bob Dylan no hubiera podido cantar nunca. Hay mucho más detrás de la voz, la poesía.
Te llevo a tus comienzos…¿Recordás tu primer contacto con la música?
De chica escuchaba música clásica por mi padre. Le preguntaba qué era eso, y jugaba a adivinar de quién era la composición, si era Mozart, Beethoven…
Siempre a la música se entra por el juego…
Actualmente es un juego para mi la música. Yo nunca estudié, yo cantaba arriba de los discos, por eso con los años voy perdiendo algunos agudos porque no tengo la técnica de una persona que estudió. Hoy hay más cosas para los chicos, yo cuando era chica sólo existía un conservatorio para estudiar canto lírico, por ejemplo.
¿Y cuando fue el momento dónde dijiste la música es lo que quiero?
A los 8 años escuché un disco de The Beatles y dije “chau chicos, nos vemos”. Después con The Rolling Stones, Led Zeppelin, Deep Purple, Aretha Franklin, que es mi maestra. Yo a los 12 años ya tenía un dúo, se llamaba “Ana Gris”.
¿A los 12 tenías un dúo y arriba del escenario a qué edad empezaste?
A los 15 años empecé en los escenarios. Fue en San Cayetano en Liniers que tenía un salón de actos. Fue una época rarísima, y más ver a una mujer en el escenario, más raro.
¿Qué es la música para vos?
Yo escuché música toda la vida, es maravillosa. La música me salvó la vida, desde escucharla hasta componerla.
¿Siempre fue la música o hubo algo más en tu vida?
Yo soy geminiana, imagínate que hago mil cosas. Me gusta la astronomía, no pude ser astrónoma, pero tengo un telescopio. Hasta hice un curso en la sociedad “Amigos de la astronomía” de Parque Centenario (risas). Además, pinto en óleo, soy fotógrafa, escribo…
Y trabajaste mientras tenías tus bandas…
Yo empecé a trabajar a los 17 años. Me recibí del secundario y laburé en un banco. Y así lo hice mucho tiempo por no transar, por ser una artista independiente. Yo solo saqué dos discos con discográfica y el resto son todos independientes. Inventé mi propio sello que se llama Kadorna Records…
Muchos músicos terminan cediendo su arte por la empresa cuando son manejados por discográficas…
Es la muerte, venden el alma al demonio. Yo nunca fui para ese lado. Ellos sonríen todo el tiempo, yo siempre fui incorrecta. Muchos músicos ya no son músicos…son empresarios. Su parte romántica murió para mi. Cuando escucho su música no siento nada, pienso “¿qué le pasó a este pibe?”. Entonces pierden esa cosa maravillosa que tenían, no todos, por suerte. A Luis Alberto Spinetta no le pasó nunca por ejemplo.
¿Spinetta es el referente del rock argentino?
A mi me gustan todos los discos de Spinetta. Su música trascendió, es especial. Era un libro abierto, poéticamente es irremplazable. Había leído mucho y lo volcaba en sus canciones.
¿Cómo ves la música actual? ¿Sos de escuchar lo nuevo?
Lo que está pasando ahora es grave. No escucho nada nuevo, lo que más o menos suena bien me parece más de lo mismo. No escucho radio, antes sí en los 80 escuchaba y hacía radio. Hoy el rock está bastante denigrado, porque la mayoría de la gente que hacía rock auténtico y compositivamente diferente ya está más grande. Eso pasa en Argentina. Puede ser que haya algo, pero es muy poco lo que me gusta como suena.
Nadie rompe el molde…
Es diferente. Nosotros teníamos otras inquietudes, me parece que escuchábamos más música. La buscábamos, no existía internet, ni celulares, ni nada. Era otra cosa, ahora busco una canción y me aparece un reggeatonero o Maluma y me dan ganas de pegarme un cuetazo en la cabeza (risas). La poesía te la encargo…
No hay poesía, melodía ni armonía…
Básicamente denigrante hacia la mujer. El reggaetón es una porquería para mi. Casi patético, pero patético se está convirtiendo el mundo. Escucho mucho, no soy boluda, ni tampoco me creo que soy una grosa y tengo la razón.
¿Cómo mujer te sentís referente del rock argentino?
No me la creo para nada, yo soy un músico más. Vengo del rock, siempre lo viví así. Yo encontré un sonido, ese sonido que te va a distinguir de los demás, pero no te das cuenta, lo hacés.
¿Y lo buscaste ese sonido o surgió solo?
En mi caso no, yo soy visceral. Me surgió solo. No soy disciplinada.
¿Esa falta de disciplina te sirvió para tu carrera musical?
Sí, igual la palabra carrera nunca me gustó. Carrera me suena a competencia, y ¿a quién le queremos ganar? La música no es para competir, es para compartir.
¿Qué sueños pudiste cumplir gracias a la música?
Conocí Londres por la música. Tocar en la Plaza de la Revolución en Cuba me voló la cabeza, con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Luis Eduardo Aute. No lo podía creer. Me pasaron muchas cosas maravillosas con la música. Incluso me pasa tocando en un bar con diez personas. La música me emociona.
¿Y que sueño te quedó pendiente?
Creo que cumplí casi todos, pero me quedó pendiente cantar con Aretha Franklin, o verla en vivo al menos. Ella fue mi profesora de canto. Ella y muchas otras cantantes.
¿Qué proyectos quedan para el resto del año?
Volver a tocar en vivo, eso quiero. Y terminar de publicar el disco.
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