Por Axel Velázquez

El domingo 6 de octubre del 2019 dejó este mundo Ginger Baker, baterista británico que formó parte de Cream, Blind Faith y de algunos otros proyectos musicales que dejaron una huella indeleble en la historia del rock. Uno de los bateristas clave para entender el papel de la batería en el rock moderno, uno de esos músicos que sintetizan muchas cosas en tan poco tiempo y que a día de hoy sigue sonando tan fresco y contundente como lo fue en su tiempo de actividad y gloria.

En la década de 1960, el papel del baterista se encontraba en pleno desarrollo. Algunos apostaban por marcar un simple ritmo a lo largo de las canciones, otros eran el protagonista de sus bandas ejecutando largos solos de batería, complejos breaks o laboriosos ritmos. Ginger Baker sumaba todo lo anterior y supo darle a la batería un papel protagónico que nunca antes había tenido en el rock.

El periodo del rock que va de 1954, año en que surge el Rock & Roll, hasta mediados de 1960, los bateristas de rock se limitaban a marcar el ritmo de las canciones -con excepción, quizá, de Keith Moon-, y no se le daba el crédito de ser un instrumento rico en texturas y colores como poco tiempo después de la mano de grandes bateristas, va a tener. En pocas palabras, la batería tenía un papel secundario y sólo las guitarras sobresalían. Además, los estándares pop de la época exigían a los artistas a sacar hits tras hits para hacer subsistir la gran industria del rock, por lo tanto, lo único que un baterista podía hacer era base rítmica en las canciones, o al menos eso era lo que se pensaba.

 

No fue hasta que aparecieron bateristas como Keith Moon, Bill Ward, Ian Paice, John Bonham y, por supuesto, Ginger Baker, que se supo que la batería puede ser muy musical y melódica. Todos ellos tuvieron una importante influencia de bateristas de jazz como Max Roach, Elvin Jones, Art Blakey, Buddy Rich o Gene Krupa, así que se aventuraron a crear ritmos mucho más complejos y más energéticos, como si el jazz se tratase de un gran pozo sin fondo del cual los rockeros podían influenciarse y desarrollarse infinitamente en su instrumento. Además, se popularizó el solo de batería que a veces podía llegar a durar más de 10 minutos de duración (escuchar “Toad” de Cream o “Moby Dick” de Led Zeppelin) tal como lo hacían los bateristas de big band desde los años 1930.

Baker tomó clases con Phil Seamen, un importante baterista británico de jazz que tuvo una fuerte influencia en él desde el principio. Phil introdujo a Baker a los ricos sonidos de la percusión africana. Esta influencia se nota claramente en la forma en que toca breaks en la batería trazando una línea melódica en el instrumento la cual es posible seguir auditivamente. Su ejecución siempre iba en función de la melodía y de lo que pasaba entre los músicos, esto le permitió tener un elemento de improvisación que le daba identidad propia con quienes tocaba.

Junto con Mitch Mitchell de Jimi Hendrix Experience, Charlie Watts de los Rolling Stones y John Bonham de Led Zeppelin, Ginger Baker perteneció a la generación de bateristas que supieron trasladar la complejidad técnica y la musicalidad de la batería del jazz al rock. Siempre el jazz fue una influencia clara en él, de hecho, él mismo se autonombraba un baterista de jazz, no de rock. Son legendarios ya sus duetos o drum battles con bateristas leyendas del jazz como Art Blakey o Elvin Jones. También fue pionero en el uso del doble bombo junto con Keith Moon de The Who, algo inusual en esos tiempos y muy novedoso ya que permitía tocar notas más rápidas que con un solo bombo son imposibles de tocar.

Cuando formó parte de célebre grupo Cream, Baker explotó toda su creatividad en tan solo dos años que duró la banda. Tan efímera como influyente y legendaria, Cream nos dejó obras excelsas en el blues rock que permitía darnos una idea de que el género seguía en plena ebullición de creatividad musical. Luego vino Blind Faith, un supergrupo donde estaba Eric Clapton, Steve Winwood y Ric Grech, quienes publicaron solo un disco en 1969 pero que dejaba claro que Ginger Baker aún podía regalar grandes interpretaciones como baterista. Más adelante su proyecto Ginger Baker’s Air Force y sus trabajos con el africano Fela Kuti se convirtieron en evidencias de su gran talento e inquietud por su desarrollo como baterista y como músico completo.

Ginger Baker se convirtió en una fuerte influencia de los más grandes bateristas de rock de todos los tiempos como John Bonham, Neil Peart, Stewart Coppeland y Carmine Apicce, entre otros. La fuerza, la musicalidad y creatividad con la que tocaba anticipó en gran medida lo que los bateristas de heavy metal harían años después. Cuando apareció en escena, la batería en el rock nunca más sería un instrumento secundario, ahora resultaba ser un instrumento indispensable. En palabras del gran John Bonham: “Ginger Baker me demostró que la batería también era un instrumento protagónico en el rock. Él fue el primero en demostrar eso y desde entonces quise hacerlo también”.

Link Youtube

CREAM - WHITE ROOM

CREAM - SUNSHINE OF YOUR LOVE

CREAM - TOAD

BLIND FAITH - HARD TO CRY TODAY

DRUM BATTLE ART BLAKEY & GINGER BAKER