11 de mayo de 2023
Por Damián Zárate y Juan Pablo Weisse
Un pacto entre la platea y el escenario. Todos nos metemos en la máquina del tiempo y aparecemos un miércoles a la noche mirando la televisión. Un aparato que antes ocupaba la centralidad comunicacional/emocional de la casa y era punto de encuentro familiar y con amigos.
Ese día a la semana -miércoles- Silvio Soldán (- en la década del 70 -, antes lo hicieron otros) nos proponía un encuentro con una de nuestras músicas populares: El Tango. Con un despliegue ambicioso y audaz, con las orquestas y cantantes del momento el país bailaba por televisión. Un ciclo que comenzó en la década del 50.
Todo eso condensa la obra que craneó Diego Romay. Es un guiño a la nostalgia, agarramos la sortija para dar una vuelta por el pasado y recordamos cuando veíamos ese programa alrededor de la mesa con muchos que ya no están.
La escenografía es un telón/pantalla y el siempre imponente escenario del Coliseo Podestá. Por detrás una orquesta. Y ahí el primer momento emotivo de la noche. La aparición de Soldán y la música de "Feliz Domingo". Pero el cruce de ciclos con esa canción vale porque el autor de "Luces de mi ciudad" es un tanguero de ley como Mariano Mores.
Y luego las voces de Néstor Rolan, Alberto Bianco, María José Mentana y Marcela Ríos y la Dirección musical de Pablo Valle. Todos celebrando los 70 años de unos de los programas más emblemáticos de la historia de nuestra tv. Y también imágenes del programa del pasado que nos emocionan en el presente, como ese video donde lo vemos a "El Polaco" Goyeneche emocionado escuchando a Edmundo Rivero. Y el recuerdo para el platense Enrique Dumas; y Beba Bidart, Virginia Luque y Hugo del Carril que saltan desde la pantalla y se suman a la fiesta. Una noche y un espectáculo para disfrutar porque "los grandes valores" no tienen precio.