Por Damián "Puma" Gaspari

15 de septiembre de 2021

PH Stefanía Parese

Músico, compositor, cantante y baterista. Pionero del blues en castellano y del rock argentino. Fundador de Manal, banda icónica en Argentina. Con nuevos proyectos y su disco “Darse Cuenta” comienza a recorrer el país, mientras prepara nuevas canciones para el año que viene. Entra en La Cueva: Javier Martínez…

¿Cómo estás viviendo está pandemia desde lo personal y laboral?

Bien, lo mejor posible. Me manejo con los refranes clásicos que son una fuente de sabiduría inagotable y apliqué a todo esto el que dice “Al mal tiempo…buena cara”. Desde lo laboral estoy bien, en octubre comienzo una gira por todo el país. Y mientras tanto sigo preparando material para un nuevo disco. Hace unos meses salió el último llamado “Darse Cuenta”, ya está a la venta.

El último disco con Pino Callejas…

Claro con Pino Callejas, incluso ya estuvimos tocando estos meses. Ahora volvemos con él a la acción, y cuidándome porque es lo que hay que hacer, cuidarse de verdad, y lo tenemos en cuenta para salir a laburar. De la misma manera en la que salimos a tocar en el verano…

¿Porqué “Darse Cuenta”? ¿Darse cuenta de qué?

Es un llamamiento a la conciencia. A tomar conciencia de lo que nos pasa como país, de lo que está pasando en el mundo. Aflojar un poco con el fútbol y con las boludeces de la televisión, y agarrar un libro de vez en cuando, cosa que no lo van a hacer, pero yo lo repito para que a alguien le llegue el mensaje. Menos pantalla y más libros, menos fútbol que no te da de comer. Necesitamos trabajar, darle de comer a los pibes y generar laburo. De todo eso hay que darse cuenta.

Hay que repetirlo para que llegue el mensaje…

El mensaje les va a llegar a los que tengan la capacidad de captarlo. Y a un montón no le van a llegar y seguirán en sus pavadas…que se la banquen después. Es así, vos podés hacer lo que quieras en tu vida, pero lo que no podés hacer es no bancarte las consecuencias.

¿Es difícil menos pantalla hoy con tanta tecnología no?

Sí, pero la pantalla la podés usar para algo bueno, el streaming también para disfrutar de un buen show. No tiene nada de malo. En vez de mirar pavadas en el celular podés usarlo para estudiar, para aprender cosas nuevas. Yo el celular lo uso todo el día como todo el mundo, pero me dedico a estudiar historia, antropología, investigo historia de la música, etc. Es una enciclopedia guardada en un bolsillo.

Muchos pibes no saben para dónde van…se puede utilizar la tecnología para tener un futuro mejor…

Por ejemplo, yo le pido a Dios que cuide mucho a mi papá que está en el cielo, y le agradezco que me inculcó la lectura de chiquito. Yo de muy niño leía la colección de Robin Hood, Robinson Crusoe, La Isla del Tesoro, Julio Verne, todos clásicos de la literatura. Y hoy leo porque leía de pibe, porque me inculcaron la lectura. Y pienso que triste es esta gente que no sabe que buen compañero es un libro.  Y que no tenga conciencia de que un buen libro te cambia la vida, te la mejora, te cambia el destino.

¿Además de leer de chico escuchabas música?

Por suerte en mi casa había libros, había música y había todo. Mis padres eran melómanos, amaban la música. Y de chico aprendí que hay dos músicas…la buena y la mala. En todos los géneros musicales hay buena calidad. Siempre me pareció una cosa empobrecedora, triste y aburrida, que un tipo se quede encerrado en un género. Hay que abrirse a la música, los géneros se relacionan entre sí, se influencian. Y hay un género que está por encima de todos y es la canción. Una buena canción, sea del género que sea, siempre será una buena canción.

 

¿En cuánto a influencias que es lo que más te pegó de chico?

Las influencias las recibí de todos lados, del tango, del bolero. Si vos analizas mis letras te das cuenta que tienen mucha influencia del tango y del lunfardo. En casa se escuchaba bolero mexicano, había muchos artistas cubanos, muchos tríos que cantaban boleros. Es un género muy rico, siempre me gustó la canción romántica. Y siempre escuché de todo. También los géneros caribeños, la rumba, el cha cha cha, el mambo. Todo eso tiene un swing, una onda, es impresionante la música del Caribe. Cada día voy incorporando más.

Santana hizo un gran aporte de esos ritmos al rock…

Hizo un buen cóctel, los fue incorporando de gran manera. La buena fusión de géneros ha dado buenos cócteles como en el arte del bar y la licorería. Tomar un vermú con Fernet y soda es bárbaro (risas).

Después se puso de moda el Fernet pero con Coca…

También es interesante, cuando yo era adolescente estaba relacionado con el cambio político en Cuba, todos creían que era la llegada de una nueva libertad y fue finalmente la llegada de la peor dictadura, que triste. Pero el trago se llamaba “Cuba Libre”, pero lo que quedó libre fue el nombre del cóctel, Cuba se transformó en una triste dictadura de mierda.

Vos fuiste uno de los pioneros en contar historias, en hacer blues en castellano…

Porque todo es adaptable. Todo viene de otro lado, la música, la cultura, las corrientes de pensamiento, todo eso viaja. Todo se va relacionando con el tiempo, la música clásica, el tango, la canción italiana, francesa, todo. Y todo eso se convierte en clásico.

Los clásicos nunca mueren dicen…

Está claro que la música clásica del siglo XX incluye al jazz, al blues, al tango, al rock, la música de Brasil. Y no nos olvidemos del folklore que es algo maravilloso, con influencias de ritmos ternarios combinados con lo criollo. Todo eso lo aportó el criollo, el indio de los pueblos originarios y el español. Todo está ahí.

Y qué diferente según la zona dónde se desarrolló…

Claro, ahí tenés las raíces puramente indias, de los aborígenes, la música del altiplano, una música dura, simple con un canto. Todo eso proviene de lo que se llamaba El Alto Perú, que hoy es Bolivia. Y de nuestro norte. Es folklore es riquísimo. Lo amo, a mi me gusta mucho la samba, la chacarera, el malambo. Admiro toda la percusión del malambo, es un ritmo puramente africano.

Es una música que entra por los pies…que se baila

Eso hace bailar a una piedra. Es impresionante.

¿Cómo ves el presente de la música argentina?

Eso me lo preguntan todos…¿porqué será? (risas). No escucho nada, yo quiero que algo me llame la atención, no escuché nada que me fascine de esas bandas nuevas de las que tanto me hablan. Me atrae mucho más las nuevas formaciones de tango, “La Fernández Fierro”, la gente que hace folklore, los que hacen jazz en Argentina. Las bandas nuevas del nuevo rock argentino no las conozco ni me llaman la atención. Si el día de mañana aparece alguna que me guste te llamó y te aviso (risas).

Hay muchas bandas de rock hoy en día igualmente…

Hay muchas bandas, pero poco talento. Hoy en día tener una guitarra está de moda, entonces los pibes se juntan, hasta capaz que tocan bien, pero esa música no dice nada, no mueve ninguna fibra.

¿Les falta sentimiento decís?

Para mi no tienen nada que decir. Ojalá hay algo que no conozca y me llame la atención el día de mañana. Yo no tengo que ir a escuchar a las nuevas bandas. ¿Y porqué las bandas nuevas no llegaron a interesarme? Porque todas las que escucho no se llega a escuchar al cantante de tanto ruido que hacen. El guitarrista sube tanto el volumen que tapa todo.

¿Cumpliste todos los sueños con la música?

Yo no tuve sueños, eso me parece un concepto infantil. Yo tuve un proyecto que fue hacer blues y rock en castellano, y lo llevé adelante. Yo tuve hijos, alumnos y seguidores que me han igualado y superado muchas veces. Y eso me parece bárbaro, no soy envidioso. Yo cumplí mi proyecto de música argentina. Tomando bases de acá y de otros lados hice mi música, mi blues, mi rock.

¿Qué proyectos quedan para este año?

Salir a tocar presentando el nuevo disco y todo mi repertorio clásico. Terminar los bocetos de canciones para el próximo disco que saldrá el año que viene.

 

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