9 de agosto de 2022

Música, artista, compositora. Tecladista de la banda de Ricardo Iorio que llega el próximo sábado 13 de agosto para tocar en el Estadio Atenas de La Plata. Entra en La Cueva: Joana Gieco…

Llegas a La Plata para tocar con Ricardo Iorio el próximo sábado 13 de agosto en el Estadio Atenas…

Estoy esperando ansiosa el momento de tocar en La Plata. Estamos muy contentos con la fecha y como viene la gira.

Están presentando nuevo disco también…

En realidad es un disco con reversiones que Ricardo Iorio quería volver a grabar con un nuevo sonido. No son canciones nuevas compuestas por la banda.

El disco viene sonando muy bien en las plataformas digitales… ¿hoy se accede más fácil a un disco a pesar de que el disco en mano es otro tipo de escucha?

En realidad el disco en mano tiene su magia. No es lo mismo tener el material a lo etéreo. Pero al mismo tiempo de que está todo digitalizado y muy moderno se está dando una vuelta al vinilo. Hay mucha gente que le gusta coleccionar y tener los discos, además los dispositivos también se van rompiendo.

Volviendo a la gira…¿qué show esperamos en La Plata después de todo lo que sucedió durante la pandemia?

Hoy por suerte los shows volvieron a ser normales con pogo y con kilombo como eran antes (risas). Eso está bueno, pero igualmente quiero recalcar que cuando la gente tuvo que quedarse sentada con barbijo también lo hizo. Hay gente que piensa que el público metalero es bardero y nada que ver, para mi es el mejor público. Es el público más tranquilo que va a ver el show por pasión y con mucho respeto. Siempre va a haber algún desubicado pero pasa en todo grupo humano, esas cosas no se pueden controlar, pero el público metalero es súper respetuoso con el lugar, con la banda, yo siempre estoy agradecida con la gente.

¿Sentís que hay poco de prejuicio todavía con la gente del metal?

Me parece que ya no hay tanto prejuicio como antes. Porque ahora todo se conoce, ya lo que pasa en un recital se entera todo el mundo. Ahora no pueden decir nada porque ahora los kilombos están con otro público, y también hay gente que va por primera vez a vernos, y todos los comentarios son de sentirse cómodos en el show. Hay mucha gente que tenía prejuicios y cuando van la pasan genial. El bardo está en otros lugares.

¿Cuál fue tu reacción cuando te llamó Ricardo Iorio para ser parte de la banda?

Mucha sorpresa. Yo estaba relacionada con la música porque siempre escuché metal desde mi juventud y seguía la carrera de Ricardo. Así que no fue que me llamaron para tocar una música que no entendía. Y yo no podía creer que me estaban llamando para tocar la música que siempre quise. Y que me llame Ricardo Iorio que fue la persona que fui a ver durante toda mi vida. Fue demasiado y un desafío enorme para mi como música, porque se ponía en juego toda mi carrera. Yo no empecé con Ricardo, tengo mi trayectoria aparte, soy maestra de música, entonces no era fácil todo eso.

Y también tuviste que adaptar el teclado a los nuevos sonidos…no fue sencillo imagino…

Fueron demasiadas emociones juntas. Pero todas buenas. Tocar con grandes músicos que admiré toda la vida. Con respecto al teclado confió en mi, me explicó lo que quería, yo con esas bases y lineamientos empezamos a trabajar. La idea es darle aún más peso con el teclado a lo pesado. Aportar para que quede un sonido más sinfónico. Yo apoyo a los colchones orquestales y doblo todos los riffs de guitarra para que quede todo más tipo Deep Purple. Y en las canciones lentas utilizando más armonía. El teclado si no está se nota, pero cuando está capaz no lo notás. Le suma mucho a la sonoridad aunque no destaque.

Toda la vida escuchaste este género musical pero… ¿tuviste que escuchar otras bandas también?

¡Si! Black Sabbath me ayudó mucho. También Ricardo me decía que escuche y me lo recalcó. También a Ozzy Osbourne como solista. Y me dijo que escuche a Emerson Lake and Palmer (risas).

 

Y te adaptaste bien vos con la gente que sigue a Ricardo…

Realmente sentí una aceptación de parte de la gente. Fue mucho más positivo que negativo. Siempre va a haber alguien que diga “el teclado en el metal no” (risas). Es algo muy argentino criticar. Por suerte tuve buenas devoluciones y a la gente le gustó mucho.

Más allá de tu presente con Ricardo Iorio vos tenés tu propio proyecto personal musical… ¿seguís componiendo instrumentales?

La verdad que me gustaría armar un disco con cosas mías. Tengo muchas que fui componiendo todo este tiempo. Y me gusta mucho componer, todavía no se dio porque no tuve tiempo para hacerlo. Siempre estudié mucho, hice toda una carrera de piano clásico sólo me falta la tesis. Todo ese proceso de estudio me llevaba todo el día, y en un momento se juntó eso con todos los ensayos de Ricardo, los shows, las clases que doy en una escuela, y la verdad no daba más con tanta actividad. Pero en algún momento lo voy a poder hacer, y si todo marcha bien también presentar un disco que saqué en 2016, que grabé en el norte del país. Es una recopilación de coplas, bagualas, carnavalitos, música andina y de Bolivia. Es inevitable que las culturas musicales se unan, y las reversioné con estilo metal. Tiene ese peso, y se une la música de metal con lo ancestral.

¿Cómo fue en tu caso nacer en una casa dónde se vivió siempre la música?

Nunca nací en otro lado. Por un lado, estuve empapada de lo que me gusta…o no sé si me gusta porque estuve empapada de eso (risas). Está bueno compartir con tu familia gustos. En mi caso siempre me apoyaron todo el tiempo, me ayudaron, me acompañaron a producir cosas, a tocar, a cantar con mi papá. Y también tuve los consejos. Incluso cuando me llamó Ricardo Iorio para ser parte de la banda, al primero que le conté fue a mi papá y me dijo: “Genial, ni lo dudes”.

¿Te pesa llevar el apellido Gieco?

Llevo con orgullo absoluto mi apellido por la persona y músico que es mi papá. Si no hubiera sido la hija lo hubiera admirado realmente, pero hay algo que siempre voy a llevar conmigo y es la doble mirada de la gente, la doble presión. Siempre de los hijos se espera más o se compara, y la verdad es que cada persona es única. Siempre voy a ser “la hija de”, no lo puedo evitar, lo llevo con orgullo, pero a veces pesa.

¿Tenés otra pasión además de la música?

La música no es lo único que me apasiona. Tengo otras aspiraciones que no sé si las voy a poder llevar a cabo en esta vida, pero tengo un gusto muy grande por la naturaleza y los animales, y me gustaría o me hubiera gustado dedicarme a algo que tenga que ver con esa parte animal.

¿Qué sueños cumpliste gracias a la música?

Tocar con Ricardo Iorio es un sueño que estoy cumpliendo.

¿Sueños pendientes?

Nunca me hicieron esa pregunta (risas). Yo no sueño mucho, trato de vivir el presente. Vivo lo que va pasando, pero tengo algunas aspiraciones muy íntimas personales que me gustarían cumplir, es una cuestión de cómo se siente uno mostrándose al público, soy una persona extremadamente tímida. Un sueño sería poder no ser tan tímida con la gente y sentirme un poco más suelta y cómoda a la hora de tocar.

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