7 de marzo de 2024

Músico, cantante, compositor. Líder de Los Espíritus, banda que llega a La Plata para tocar el 9 de marzo en el Teatro Ópera presentando su reciente disco “La Montaña”. Entra en La Cueva: Maxi Prietto…

Gran año de Los Espíritus con el lanzamiento de “La Montaña”, la gira por Latinoamérica y el cierre de 2023 en el estadio de Ferro. ¿Cómo están viviendo todo esto?

Hace años veníamos trabajando en el disco que pudimos lanzarlo a fines del año pasado. Cerramos la gira en Ferro que fue increíble. Y ahora este año vamos a presentarlo en todos los lugares que podamos, sobre todo en Argentina, más allá que sumamos Chile y Uruguay, pero este año la idea es recorrer el país llevando “La Montaña” a todos lados.

Lo próximo es la presentación en La Plata en el Teatro Ópera. ¿Qué show esperamos?

El show tiene mucho énfasis en el nuevo disco, pero también recorriendo toda nuestra discografía. Lo venimos haciendo hace unos meses y cambiamos algunas canciones fecha a fecha, pero bien armado con la puesta escénica y set de canciones. Es un show que abarca todas las épocas de la banda y que va cambiando de clima como una especie de montaña rusa. Es una experiencia que está funcionando bastante bien con una lista larga y dinámica.

Si bien cada show es único e irrepetible, ¿se siguen sorprendiendo con la gente?

Totalmente, sobre todo para el tipo de música que hacemos. Tenemos momentos de la lista de canciones dónde hay improvisaciones, y eso depende mucho de la energía de la gente y de lo que está pasando. Por ejemplo, la canción “Vamos a la luna” puede durar seis minutos o diez, dependiendo de la energía del momento. Eso se siente mucho y varía de noche en noche. Para nosotros no saber qué va a pasar también está bueno.

¿“La montaña” es un disco que los encuentra en un punto de madurez de la banda en cuanto a búsquedas y calidad de sonido?

El disco tuvo a Joe Blaney en la mezcla y lo grabó Mario Breuer. Entonces ya en la parte técnica del audio hay un trabajo muy groso. Desde los ensayos empezamos a armar los arreglos con coros espaciales, efectos, y todo lo trabajamos mucho. El disco tiene varias capas que se van descubriendo con cada escucha.

¿Mucho ensayo para la forma en la que fue grabado como si estuvieran tocando en vivo?

Siempre tratamos de que suceda eso. Ensayamos mucho para justamente caer al estudio, es este caso fue ION, para que fluya lo que tocamos y sea lo que se imprime. Mientras más ensayo tenés, tocas más relajado. Y entre varias tomas se elige la más fresca. Mario (Breuer) le puso mucho énfasis a eso, fue un curador de las interpretaciones que hacíamos.

¿Psicodelia y frescura pueden ser dos palabras para describir el disco?

Psicodelia tiene. También sumamos algunos ritmos nuevos que no habíamos desarrollado tanto como el Afrobeat o el Highlight. Por eso creo que también tiene frescura, tratamos de asimilar un poco esos ritmos.

No encasillarse en un género, y en esa fusión también está la identidad de la banda…

La identidad creo que aparece cuando la sacrificás. Cuando decís voy a hacer algo nuevo que no sos, se termina revelando la identidad. Y ponerla a prueba es salir de los lugares cómodos en post de la música. Esos nos resulta divertido, jugar con géneros que no son tan conocidos acá, que tienen muy presente a la guitarra eléctrica. Es Groove y electricidad.

 

Te llevo hacia atrás en el tiempo… ¿recordás cómo fue tu primer contacto con la música?

Tengo muchos recuerdos en mi casa con mi vieja escuchando la música muy fuerte. Ella limpiando la casa con la música al palo. Por ejemplo, el disco “Artaud” de Pescado Rabioso o “Parte de la religión” de Charly García. También escuchaba a Chico Buarque. Y yo escuchaba a Led Zeppelin o Hermética.

¿Y cómo llegás a la guitarra?

Yo agarraba un grabador y empezaba a tocar la guitarra tratando de copiar la música. Todo de oído, no estaba respaldado por algo visual. Y rogaba que el cassette respetara la afinación y no patine la cinta (risas).

Te acercaste a Led Zeppelin y Hermética, se puso más heavy… ¿qué época era esa y cuándo llegás al blues?

Zeppelin y hermética era chico en la primaria. Yo me copé con la música de muy chico. En la adolescencia me atraviesa Nirvana y ese tipo de grupos. El blues me llega más de grande, cerca de los 25 años, empecé a conectar con la parte más emotiva. Se transmite un dolor en la melodía, en la forma que cantan, que me acercaba a esa música. Se transmiten historias de vida, donde los pueblos tienen cosas que narrar.

¿A la hora de componer vos tomas todas esas influencias?

A la hora de componer trato de hacer cosas que sienta y me reflejen. Alguna historia o algo que quiera destacar sobre un tema. Y el blues me parece una buena música para todo eso, se terminan convirtiendo en canciones como “La Rueda”, que es un blues, un boogie pero que termina siendo de acá, muy argentino. Tiene que ver con algo que ves inmediatamente en la calle.

¿Componer es una catarsis? ¿Siempre te atraviesa la letra con historias cercanas o propias?

Sí, claro. Últimamente me pasa algo que no me pasaba, ir caminando por la calle y de pronto cantar una frase y ver en qué tono está. O sea, ir caminando o manejando y hacer canciones. Eso no me sucedía. Uso el celular para grabarla y después la trabajo. Tiene que ver con la soltura de hoy, antes, hace veinte años me sentaba con cierto miedo a escribir y me exponía mucho. Ahora es otra instancia que disfruto de otra manera.

No sos metódico para sentarte a componer…

Hace mucho que no lo hago, no me obligo a componer. Las canciones van saliendo, siempre uno está atento, pero no siempre se convierte en canción. Antes trataba de hacer algo y salía o no, pero no es bueno intentar forzar algo.

¿En este contexto de Argentina uno está siempre atento no?

Sobran ideas (risas)

Volviendo al show del Teatro Ópera… ya son varias veces en La Plata con la banda…

Sí, creo que es la quinta vez que vamos a tocar a La Plata. Y casi todas en el Ópera. Es un lugar dónde nos reciben bien y tocamos muy cómodos. Es un motivo de festividad. Esta fecha estamos con nuestros amigos de La Dinastía.

¿Qué sueños tenías de chico con la música?

De chico soñaba que cuando iba a recitales, faltaba el guitarrista y me iban a subir para tocar. En mi imaginación yo subía y la rompía toda, por suerte no sucedió porque en realidad no sabía tocar, era solo un deseo (risas). Siempre me consideré un fan de la música y todas las cosas que sucedieron fueron más de las que soñaba. Me encanta escuchar discos, y me siento del lado del oyente. Parto de ese lugar. Se me cumplieron millones de sueños, en el último disco que toque Dana Colley, Juanse, Mark Ribot, un guitarrista que me marcó toda la vida. El fin del año pasado en Ferro vino Santaolalla, Pity Fernández de las Pastillas. Estamos rodeados de un montón de músicos que nos nutren y nos dan buenos momentos. No puedo pedir más.

Y sueños en cuánto a convocatorias o lugares para tocar?

Siempre esos sueños fueron muy pobres. Yo pasaba por un bar de la calle Serrano, dónde veía que tocaban bandas, como mucho entraban cien personas. Y yo soñaba con tocar ahí. Me quedó la vena de tocar ahí, hablé con el dueño y no pude. Pero no soñé con grandes convocatorias, nunca tuve esa fantasía.

¿Los proyectos para este 2024 son seguir presentando el disco?

Sí, ir desarrollando el vivo del disco. Pulir el show y recorrer lugares de Argentina para que la gente que viene a vernos se vaya con una experiencia copada e inspiradora.

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