12 de marzo de 2024
PH Melina Rivero
Música, bajista del grupo español Ketekalles, que llega por primera vez a La Plata para tocar el viernes 15 de marzo en Guajira Bar presentando su último disco “Antiheroína”. Entra en La Cueva: Nadia Lago Sáez…
Segunda vez de Ketekalles en Latinoamérica ¿cómo viene la gira “Antiheroína?
Estamos muy contentas, disfrutando a full de esta segunda gira con un montón de fechas. Y muy felices de poder tocar en La Plata que la vez pasada no pudimos ir.
Primera vez de ustedes en La Plata…
Primera vez en la ciudad, a mi me encanta ir allá, tienen toda la onda, mucha cultura, es una ciudad hermosa.
¿Qué show esperamos en La Plata el 15 de marzo en Guajira?
Esperamos que sea un viaje, que pase por todas las emociones. Se puede esperar reir, llorar un poco, bailar, todo muy variado. La idea es presentar el nuevo disco pero también tocar temas del disco anterior “Remendar el caos”, que sabemos que la gente tiene más presente todavía ese disco, ya que “Antiheroína” es el nuevo, y queda la nostalgia del disco anterior.
¿Cuesta mucho armar el repertorio para esta gira?
Sí cuesta, armamos el set prensando en no dejar canciones afuera. También tenemos en cuenta según el lugar dónde tocamos, que le puede gustar a la gente. Más allá de mostrar lo nuevo, no queremos dejar afuera temas del primer disco.
¿Qué es Ketekalles? ¿Cómo describirías a la banda?
Ketekalles es una banda de Barcelona, pero en realidad es multicultural porque dos de las chicas son catalanas, Sombra (Alor) que es la cantante y Tole (Ana Toledo) la guitarrista, Cami (López), la baterista es chilena y yo que soy bajista soy de Argentina. Entonces desde nuestras culturas se puede ver la mezcla musical. Nos definimos como una banda que hace estilo fusión, porque no privilegiamos ninguno. Nos gusta contar las vivencias, que las canciones hablen de lo que vivimos cada día, lo cotidiano llevarlo a una canción. Tenemos ritmos musicales para todos los gustos.
Esa fusión les da una identidad…
Totalmente, eso nos dicen siempre. La identidad y el estilo de la banda es mezclar. Eso nos salió siempre muy natural. Poder pasar de la cumbia a la rumba, explorar géneros.
“Antiheroína” también tiene un fuerte mensaje en cuanto a las letras de las canciones…
Hablamos de lo cotidiano, y cuando contás lo que pasa también das una opinión de cómo te sentís. Momentos felices, momentos tristes, injusticias, hablamos desde lo que nos atraviesa día a día.
Te llevo hacia atrás en el tiempo. ¿Tenés en tu cabeza la foto mental que te conecta por primera vez con la música?
No era muy consciente pero de muy chica siempre estaba con música. Recuerdo que teníamos en casa un radiograbador de los viejos, de la década del 80, con dos parlantes, cassette y radio. Y tenía cassettes de música infantil, por ejemplo, del Topo Gigio, tenía cinco años. Y me acuerdo que lo ponía y me pasaba el tiempo cantando adelante del radiograbador. Así todo el tiempo, muy fanática. O grabar cassettes en la radio. Hasta que un día conocí a una de mis amigas de la adolescencia y la vi con una guitarra, el día que la conocí le dije “hola, ¿qué tal? Soy de dos casas para allá quiero que me enseñes a tocar la guitarra”. Fue muy loco, y así empezó todo (risas).
Si bien empezaste a tocar en la adolescencia la música siempre estaba ahí…
La música siempre estuvo ahí, por eso lo importante es tener referentes. Lo que me pasaba es que no tenía referentes, capaz tenía amigos que tocaban, las chicas del barrio ayudaban a hacer las camisetas, pero ninguna tocaba. De repente, cuando vi a mi amiga que lo hacía, yo también dije puedo, me encanta la música. Eso es muy bonito porque nos lleva a ver lo importante que es generar referentes.
El referente es cómo un faro…
La importancia del referente para bien o para mal. Para mal si la cagás, pero lo importante es cuando contagias para bien, hay gente que viene a los shows y nos dice “yo también quiero hacer música”. Eso es súper importante.
¿Y en ese momento de tu vida que música empezaste a escuchar y a investigar?
Escuchaba de todo, hoy soy un poco la más roquera de la banda. Por influencia en Argentina del rock nacional. Pero me gustan muchos géneros musicales. He tocado en bandas de blues, de hardrock, de pop. Me gusta ir explorando diferentes ritmos y estilos. Es un aprendizaje constante y es muy divertido hacerlo.
¿Y cómo llegás al bajo? Porque te habías enamorado de la guitarra…
Cuando empecé a tocar la guitarra armé mi primer grupo punky del cole, entonces éramos cuatro, ninguno sabíamos tocar, éramos todos muy malos, pero el bajista se fue y me colgué el bajo por primera vez, un poco renegada porque quería tocar la guitarra. Fue por puro desconocimiento, por no saber de qué se trataba el instrumento. Empecé a estudiar y me enamoré profundamente del bajo. Y ahora es al revés, de vez en cuando toco la guitarra, pero soy bajista.
Hay que destacar la importancia del bajo en una banda…
Estás en el medio, tenés que tener el oído entre la batería y la guitarra. Ir con los bombos y golpes, seguir bases rítmicas, pero también la armonía. Si no tenés la oreja puesta ahí podés hacer que la cosa no suene tan bien. Es todo muy divertido.
Naciste en Argentina, sos de Lanús. ¿Cómo llegás a Barcelona y a Ketekalles?
Me fui de Argentina hace siete años, en busca de nuevos rumbos, sin saber bien a dónde ni porqué. Terminé en Barcelona, y conocí a las chicas de tocar por ahí. En Barcelona hay una red con muchas músicas, argentinas también, armando movidas interesantes. Y de empezar a tocar en esa red terminamos coincidiendo en varios lugares. La banda existía hace poquito, estaban empezando, y cuando el proyecto se fue tornando más serio, la bajista se fue y ahí estaba yo diciendo “Hola, yo sí quiero” (risas).
Hay que jugársela con un proyecto independiente en cualquier parte del mundo…
Totalmente. Y al final no deja de ser una industria bastante precaria, maltratada. Hay mucha brecha y diferencia entre los top, que ganan millones y se mueven en jets privados a estar en el under. En la música hay que jugársela y remarla todo lo que sea, bastante en dulce de leche (risas).
¿Las redes sirven y ayudan a equiparar un poco para darse a conocer?
Total, igual para mi las redes son un arma de doble filo. Creo que lo que sigue funcionando correctamente es el en boca en boca. La gente que te conoce random en una red social generalmente no viene a verte, sí está bueno para llegar a otros lugares, países, regiones. Pero el fuerte es el en boca en boca.
¿Qué sueños cumpliste gracias a la música?
Varios sueños cumplí. Viajar, conocer muchos lugares, mucha gente. Ver la red que se puede crear con la música. Es un sueño volver a casa con mi proyecto, es muy emocional.
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