16 de junio de 2023

Por Damián Zárate

Así se presentó, y se autodefine desde el noviembre último, Pancho Varona: “Soy el ex de Joaquín”. Luego de 40 años compartiendo vida y música; y música y vida, mediante un frío correo electrónico, y de manera unilateral, Sabina decidió que el vínculo profesional y artístico había perecido. Con ese bagaje llegó a su gira a La Argentina el lugarteniente histórico de uno de los artistas favoritos del público nacional.

Un micrófono, una guitarra, la historia de cada canción y a cantar…

Luego de estrenar su gira en Capital, llegó a La Plata y no paró de tirar paredes con la platea nutrida del Teatro Metro. Desde nombrar a un amigo de la ciudad de las diagonales hasta decir que la musa de “Peor para el sol” es una platense que se llama Andrea. Con la cual se encontró muchos años luego en Ezeiza, porque ella trabajaba ahí.

Y como El Flautista de Hamelin, fue incorporando a la zapada de la noche, al público que fue a escuchar las canciones que están en las Rockolas personales de sus vidas. Y así se zambulleron entre las butacas los “Peces de Ciudad” y colgó una gran declaración de principios “al lugar donde has sido feliz

No debieras tratar de volver”. “La canción de las noches perdidas” se encontró en la lista de La Plata y las “Aves de Paso” hicieron mucho “Ruido” en la capital bonaerense.

Con un doble “Panchito, Panchito”, así lo llamaba Sabina, y hacía sonar el teléfono rojo para darle las letras que luego Varona completaba con la música, solo cinco cuadras de distancia entre los dos artistas.

 

Y luego la canción homenaje a Buenos Aires y su “Frente Marchita”; y “Ahora que...”; y el viaje a Isla de Madeira y “Las Palmas” para concretar canciones del disco “El Hombre del traje gris”

 Hubo tiempo para contar más historias. Una canción olvidada y que fue descartada de dos discos, “Esa Boca es mía” y “Yo, mi, me, contigo”, finalmente vio la luz en “19 días y 500 noches”: “Donde habita el olvido”.

Con la frase “Soy un rockero” narró una tierna historia con su hija. La niña de 6 años le pidió que participara de un Karaoque y luego de algunas negativas terminó aceptando. Cantó dos canciones “Sin documentos” (le tocó por sorteo” y elogió “La del pirata cojo”, canción a la cual le puso la música.

Hizo 4 bises: “Contigo”, “El Rocanrol de los Idiotas”, “Y sin embargo” y “Pastillas para No Soñar” sin nunca abandonar el escenario diciendo “A mi edad me ahorro ir y volver” generando carcajadas.

En el final un chico de unos 8 años, desde la parte superior le dijo “Pancho es el cumple de mi mamá” y el nacido en Madrid con el coro de espectadores le cantaron el “cumpleaños felíz”

El show siempre transitó en los rieles del cariño al Rey Sabina – tanto de Pancho como de los asistentes - y resignificar esas canciones, tan queridas, desde un hoy “separados”. Contó que aún no pudo ver el docuemntal de Joaquín llamado “Sintiéndolo mucho”. Porque aún siente ese faltante.

Un “Ex” que habla con cariño y “valora” el tiempo pasado, y en el presente cosecha solo, lo que en el pasado sembró en conjunto. ¡Vale Pancho! Que sigan sonando los himnos de toda la vida y que se sumen más en la lista del futuro, porque vos más que nadie sabe que “el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren”. Y el amor y la música con Joaquín serán para siempre.