Por Miguel Arena
James Paul McCartney nació el 18 de junio de 1942 en el Hospital Walton, en Liverpool, Inglaterra, donde su madre, Mary Patricia, había trabajado como enfermera encargada de la sala de maternidad. Fue el único Beatle que vino al mundo de un modo más lujoso, debido a lo mencionado anteriormente.
Por eso cuando regresa al hospital a tener a su primogénito fue tratada como una reina. Su padre, James McCartney, se hallaba ausente durante el nacimiento de su hijo debido a su labor voluntaria como bombero durante la batalla de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial.
Su madre era partera y había dejado de trabajar en el nosocomio un año antes del nacimiento de Paul. Su apellido de soltera era Mohin, de origen irlandés, al igual que su padre, McCartney.
Jim trabajaba desde los 14 años en la casa Hanny and Company, comerciantes de algodón ubicados en Liverpool. A diferencia de Mary, él no era católico. Era protestante y más tarde se volvió agnóstico, con lo cuál no se practicaba ninguna religión en la casa.
Fue muy afortunado al salir de la escuela y encontrar un empleo en la industria del algodón, en esa época estaba en pleno apogeo en la ciudad con su centro de importación para hilanderías. No ganaba demasiado. A los 28 años fue ascendido a vendedor. Para él, que siempre fue de la clase obrera fue un logro muy importante, ya que generalmente los vendedores eran jóvenes de clase media.
Allí mejoró notablemente su situación económica, a pesar de estar en periodos de guerra. Fue muy joven para la Primera Guerra Mundial y muy viejo para la Segunda. Igualmente tenía un solo oído porque se había roto el tímpano cuando tenía 10 años en un accidente, así que no podía luchar por su país.
Cuando cerró la empresa de algodón consiguió empleo en la fábrica Nappiers, relacionada a la aviación. Se casó en 1941, a los 39 años con Mary Patricia. Se fueron a vivir a habitaciones amuebladas. Era un estilo de pensión.
Contaba Jim McCartney que cuando nació Paul vivió una situación terrible porque cuando lo vio todo hinchado era horrible. Al punto que cuando volvió a la casa se puso a llorar porque creía que el niño iba a ser así. Finalmente, el miedo se le fue con el pasar de los días y terminó siendo un bebé hermoso.
Resulta que gracias al trabajo en Nappiers consiguió una casa que estaba reservada para los empleados del Ministerio del Aire. En Liverpool las llamaban “semi casas”, pequeñas con ladrillos a la vista, pero sin revocar por dentro. Igualmente era mucho mejor que la habitación dónde estaban viviendo.
Siguió trabajando allí hasta antes de que finalice la guerra en 1945. Entonces obtuvo un trabajo en el Departamento de Limpieza de la Corporación. ¿Qué labor tenía? Era inspector temporal. Su misión era comprobar que los barrenderos realicen bien su trabajo. Ganaba más que antes.
Mientras tanto Mary Patricia siguió realizando la tarea de visitadora de sanidad. Hasta que en 1944 nacía su segundo hijo: Michael McCartney. A ella le gustaba más la tarea de enfermera que de visitadora. Le apasionaba estar en contacto con los niños y madres en la maternidad, entonces decidió trabajar de comadrona. Y comenzó a asistir a domicilio a las futuras madres de Liverpool.
Tenía tanta ocupación que tuvo que salir a trabajar de noche. Jim decía que era obsesiva, que se ocupaba demasiado de su empleo. Los primeros recuerdos que tiene Paul a los 4 años son que a su madre le trajeron como regalo un perro de yeso para agradecerle por los servicios prestados.
Paul tuvo la primera educación en la escuela Stockton Wood Road en Speke, a la cual asistió desde 1947 hasta 1949, año en que fue trasladado al colegio Joseph Williams Junior School en Belle Vale debido a la superpoblación de alumnos en Stockton. Su madre no quiso que vaya a una escuela confesional porque no le gustaba ese estilo. Su hermano Michael también comenzó allí un par de años después.
El director tenía una buena imagen de ambos. Eran muy respetuosos y siempre estaban defendiendo a los chicos más pequeños. Michael llevaba el liderazgo en su clase y siempre discutía. Pero Paul era mucho más tranquilo y procuraba solucionar todo hablando.
En 1953, aprobó el examen 11-plus, junto a otros tres de un total de noventa examinados, ganando así su admisión al prestigioso Liverpool Institute, que fue fundado en 1825. En el mismo edificio se encuentra el Liverpool Art College, incluso fue parte del instituto hasta 1890.
Liverpool Institute y Art College
Michael también aprobó el examen, pero luego terminó en el último grupo. No era tan capaz como Paul, que podía ver un programa de televisión mientras hacía las tareas del colegio. Eso lo veían sus padres cotidianamente. Paul tenía esa dualidad.
Allí en el instituto Paul se convirtió en el chico precoz más destacado sexualmente. Desde pequeño hacía dibujos pornográficos. Un día realizó uno que estaba doblado de una manera que cuando se veía solo estaba la cabeza y pies de una mujer, pero al abrirlo se dejaba ver todo el cuerpo desnudo. Tenía mucha imaginación. Fue reprendido por su madre cuando se enteró.
Primero negó haberlo hecho, incluso culpó a un amigo suyo. Insistió, pero al tercer día confesó la verdad. La madre igualmente le levantó el castigo rápidamente. En la adolescencia le costaba tener amigos. Su sueño era tener plata, ropa y mujeres en aquella época colegial.
Salía con algunos compañeros. Hacían travesuras acordes a su edad. Robaban cigarrillos de alguna tienda y cosas así. Durante mucho tiempo creyó que la vida era tener 100 libras en el bolsillo. Casa, guitarra y coche era otra cosa que soñaba.
Ese año obtuvo un premio en la escuela por una redacción sobre un libro que se llamaba “Siete reinas de Inglaterra”. Siempre tuvo buenas notas. El hacía las cosas con una seguridad distintiva porque era muy capaz.
Su padre Jim les instaló en la habitación unos auriculares y dos micrófonos. La idea de el era que se quedaran en su casa y no estén tanto tiempo fuera. Con el tiempo pudieron mudarse a la calle 20 Forthlin Road en Allerton. Era un lugar más céntrico, más espacioso. Esa casa que recuerda toda la adolescencia de Paul McCartney.
Casa de Paul McCartney en 20 Forthlin Road en Allerton
Llevaban poco tiempo viviendo allí. Paul tenía 14 años y su madre comenzó a sufrir súbitamente dolores en el pecho. Se fueron prolongando durante varias semanas. Ella decía que no era nada importante, tenía 45 años. Debe ser un cambio hormonal le contaba a su marido.
Pero un día, Michael entró a la casa y encontró a su madre llorando. No le preguntó que le pasaba y ella tampoco le contó. Pero ahí ella decidió ir a ver a un doctor que le diagnosticó cáncer. La operaron y murió. Sólo había pasado un mes desde que habían comenzado los dolores.
La muerte de Mary Patricia destrozó a la familia. Sobre todo a Jim, que no podía hacerse a la idea de haber perdido a su esposa y quedarse con el cuidado de dos chicos adolescentes. ¿De qué manera iba a resolverlo? A partir de allí sólo fue Jim y sus dos hijos.
Tuvo que hacer de padre y madre al mismo tiempo. Además de las tareas del hogar que jamás había hecho hasta entonces. Tenían un estilo inglés muy marcado entonces le costó mucho ubicarse en esa nueva vida. Dos tías de Paul ayudaron bastante, iban una vez por semana a limpiar la casa y colaborar.
Jim les decía que las dos cosas más importantes de la vida eran la tolerancia y la moderación. Son cosas transcendentales, ellos eran buenos chicos, pero se portaban mal. Fue un momento muy duro que tuvieron que pasar los tres, y no les quedaba otra salida que aprender a vivir sin Mary Patricia.
Paul empezó a odiar un poco la escuela. A no querer cumplir las normas, las reglas, pero su carácter le permitió seguir adelante. A partir de allí se entregó totalmente a la música para salir adelante. ¿Perdió a su madre y encontró una guitarra? Tal vez fue algo así la historia…
La música le sirvió como válvula de escape a su realidad. De niño no le interesaba la música, tampoco a su hermano Michael. Y eso que su padre Jim había sido pianista y trompetista de una banda de jazz. Ellos tenían un piano vertical en la sala de su casa. Incluso llegó a tocar en fiestas, en los cines, etc.
Cuando Paul comenzó a interesarse en la música, su padre le regaló una trompeta plateada de niquel, pero Paul la cambió por una guitarra acústica Framus Zenith que le costó 15 libras. Pero por ser zurdo no podía aprender los acordes. Hasta que se dio cuenta que por eso debía invertir las cuerdas. La llevó a un lugar como decía él para “arreglarla” …
El primer gran impacto musical que vivió Paul fue con Lonnie Donegan (al igual que había pasado con John Lennon). De a poco sintió la influencia del skiflle. Empezó a llegar la música de Estados Unidos como Bill Haley y otros. Pero el artista que más lo impresionó fue Elvis Presley. Con esa primera guitarra comenzó a tocar canciones de Elvis. También de Little Richard, al cuál imitaba perfectamente.
A su padre Jim no le gustaba mucho esa música. Cuando llegó la guitarra a su vida terminó todo lo demás. Ian James era su amigo del instituto y juntos empezaron a tocar y aprender juntos. Jamás tomó una clase, iba aprendiendo de oído.
También cambió su forma de vestir. Usaba pantalones tubo. Recuerda que cuando compraba esa ropa su padre tenía que aprobar primero y luego de la aprobación del padre los mandaba a achicar para usar. El padre tenía miedo que se vuelva rebelde porque quería mantener la aristocracia con sus hijos.
Hasta que un día su amigo Ivan Vaughan le dijo que lo acompañe a un concierto de una banda de skiflle. Lo que recuerda de ése día en el año 1957 fue que John Lennon tocaba mal la guitarra. Porque utilizaba acordes de banjo. El resto tocaba peor que John. Cantaban al aire libre en St. Peter, el día que empezó todo como contó alguna vez Lennon.
Paul fue vestido con una chaqueta blanca y pantalones tubo. Contó John alguna vez: "Me dijo Ivan que quería presentarme a alguien y yo le dije que no me fastidiara". Lennon había tomado ya unas cervezas y se había puesto un poco agresivo. "Sin embargo -continúa John- insistió y, sin darme cuenta, me encontré frente a un niño bonito que sonrió y me tendió la mano. Y se puso a hablar de música. Yo no le hacía mucho caso hasta que agarró la guitarra."
Paul les enseñó a tocar dos temas de Gene Vincent, “Twenty flyght rock” y “Be-bop-a-lula”. Eso maravilló a John porque además podía tocar tres acordes seguidos, algo que en los Quarry Men no pasaba.
De repente, mientras Paul tocaba, un muchacho borracho se le tiró encima. Ese muchacho era John que seguía bebiendo cervezas. Tenía 14 años McCartney y 16 años Lennon. Inmediatamente conectaron gracias a su amor por la música.
Ese encuentro entre áspero y amable produjo algo más que el cruce de dos personalidades muy distintas: esa combinación iba a generar buena parte de la música más maravillosa del siglo XX.
Pete Shotton, uno de los amigos de John e integrante de los Quarry Men, no tomó muy en serio a Paul en aquel momento. No sintió celos ni pensó lo que estaba por ocurrir. A la semana hablaron y le ofrecieron a Paul ser parte del grupo. “De acuerdo” dijo.
The Quarry Men en Clubmoor Conservative Mens Club
La primera aparición de Paul con los Quarry Men fue octubre de 1957 en un baile del Clubmoor Corservative Mens Club. Esa noche iba a tocar solo “Twenty flyght rock” pero pasó algo y no lo pudo hacer. Aquel fue el lugar dónde debutó artísticamente.
Cada día que pasaba se unía más a John. Un día le mostró la canción que había compuesto “I lost my little gyrl”, y ahí fue que Lennon empezó a componer. Allí arrancaron juntos a componer.
En los meses siguientes eran Paul y John para todo. Pete Shotton comenzó a sentirse desplazado, y pronto dejó el grupo. Un día tocando en una fiesta todos alcoholizados John le rompió la tabla de lavar en la cabeza. “Ya no me hacía gracia estar entre ellos“ contó alguna vez.
Paul empezó a pensar que un buen amigo suyo del Liverpool Institute podía sumarse a la banda. Este amigo tocaba skiflle, rock, jazz, todo a la vez. Pero además lo hacía muy bien. Paul lo llevó para que hablase con John, era más joven que ellos, pero no importaba porque sabía tocar. A Ivan Vaughan le molestó eso. No podía creer como les interesaba sumar a los Quarry Men a un joven llamado George Harrison…