Por Damián Zárate
22 de septiembre de 2020
Actriz, guionista, directora de cine y Ópera. Desde los 12 años que trabaja en el mundo del arte. Estudió fotografía e Historia del Arte. Soñaba con ser médica pero el trabajo en TV, teatro y cine no le permitió por ahora cumplirlo. A punto de estrenar su obra por streaming llamada “La Hora de la Calabaza”. Entra en La Cueva: Romina Richi…
¿Con el Streaming se fusionan un poco los lenguajes del teatro, el cine y la tv?
Hay un poco de eso. Pero creo que depende de cada circunstancia. No vamos a repetir escenas como en el cine, ni levantar la voz como en el teatro. Hay algo de la impronta más instintiva del actor, tal vez más similar a la TV pero hay un mix de todo.
¿Cómo se viene la preparación para el 1º de octubre con la obra “La Hora de la Calabaza” y cómo se te ocurrió hacerla?
En realidad, es un unipersonal. Hace poco más de un mes le escribí a la autora de la obra y le dije que me parecía un buen momento para hacerla. Y ahí coincidimos que era el momento realmente.
¿El argumento de la obra de qué va?
Plantea un poco un vínculo entre dos personas que se enamoran. Cómo a medida que se da la relación, los detalles que enamoraban en un principio comienzan a ser las causas de los problemas a futuro. Como se va perdiendo la pasión, y si se puede continuar. Todo lo que se vincula a una relación de pareja.
Cuántas horas de calabaza tuvimos todos durante este confinamiento…
Ahora son virtuales a través del Zoom (risas). Hay muchas parejas que llevan mucho tiempo sin verse salvo por la pantalla. Entonces tenés que imaginarte, idealizar o fantasear sin verla personalmente.
¿Cómo hace la gente para sacar el ticket para la obra?
Se meten en Plateanet para sacarlo, el estreno es el 1º de octubre. Es una linda obra para ver y te deja pensando sobre los vínculos. Es algo muy complejo que no se puede resolver fácil. Los espero a todos allí.
¿Estás ansiosa por el estreno?
No estoy muy ansiosa a pesar de que es un estreno. Sigo trabajando con la letra y mejorar ciertas cosas. No pienso en el estreno, sólo en dar lo mejor de mi.
¿Hubo algunas modificaciones al texto en relación a la obra de hace unos años?
Hubo algunas, pero por suerte no me está costando integrarlas (risas). Porque es un texto que en algún lado de mi interior está.
¿Qué proyectos tenías en el 2020 que no pudiste desarrollar por la pandemia?
Tenía varios proyectos de teatro. Y diez días antes de que se declarara la pandemia tenía una película para grabar en Uruguay. Todo eso quedó pendiente para cuando se pueda hacer. Y el único proyecto que pude continuar es mi carrera en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón para terminar mi carrera de Directora de Ópera. Fue bueno porque ahora tuve tiempo para recibirme que antes por trabajo no tenía.
¿Es lo más positivo que rescatás de la cuarentena? El haber ganado tiempo para otras cosas…
Fue muy positivo tener el tiempo para estudiar y terminar una etapa. Además de disfrutar un poco más la vida familiar. Eso sí es bueno.
¿Cómo la gente se reencontró con el cine a través de la plataforma CINE.AR no?
Es genial todo lo que hay en esa plataforma.
Más allá de este presente hay un origen en el cuál quisiste ser artista. ¿Te acordás de ese momento?
Yo trabajo desde los 12 años. Fua algo que vino hacia mi. No fue algo buscado, no tengo recuerdo de pensar qué es lo que quería hacer. Más bien sucedió y me ocupé de estudiarlo, de buscar nuevas formas, como por ejemplo ahora con la dirección. Siempre busqué mejorar y ampliar lo que hacía. Todas esas formas y maneras de arte me hicieron crecer como actriz.
¿Te pasó alguna vez tener la incertidumbre del artista o cansarte de la actuación?
Me pasó muchas veces que dije no quiero actuar más. Que las propuestas que venían no me satisfacían. Una vez haciendo una serie que se llamaba “La Última Hora”, de Gastón Portal, me encontré con el maestro Norman Briski, y se lo planteé. Le dije que me sentía perdida, sin pasión y me dijo “Volvé a la escuela”. Y volví y retomé toda esa pasión.
No tienen nunca una rutina los actores y actrices…
Es un trabajo muy variable la actuación. Te vas armando vos la agenda según los proyectos que vengan o que uno mismo gestione. Es muy importante autogestionarse en ésta profesión.
Gracias a Norman Briski entonces volviste al ruedo entonces…
Sí, claro. Me acuerdo de una vez después de cuatro años de televisión que también quise empezar a hacer otras cosas que no tenían nada que ver. Necesitaba tener un trabajo diferente. Me puse a cocinar, quise conocer otros trabajos que después me sumaron para ponerme en otros roles.
¿La artista se debatió alguna vez con otra carrera más tradicional?
Me encantaría ser médica. Me anoté en el CBC varias veces, pero no pude por el trabajo. Me costó mucho sentarme a estudiar por falta de tiempo. Después sí estudié otras cosas, pero ligadas al arte, fotografía, historia del arte.
¿Tenés un momento clave o frontera en tu vida que hayas sentido que algo cambió?
Tuve muchos momentos así. A veces uno ve venir la frontera, y tardás mucho en cruzarla, y otras la cruzas sin darte cuenta. Creo que el momento potente es lo que te conté con el maestro Briski, cuando quise dejar todo y volví. Otros momentos muy potentes fueron los nacimientos de mis hijas, y cada uno muy diferente a la vez. Gracias a mis hijas me di cuenta de lo realmente importante de la vida.
Entrevista Programa “La Frontera” AM1390 Radio Universidad Nacional de La Plata
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