20 de mayo de 2025

Por Santiago Patiño

PH Tute Delacroix

Si yo te dijera que 45 años después de que un éxito haya visto la luz, su cantante vuelve a interpretarlo a la perfección y con el mismo color que en aquellas épocas, me crees ¿No?

Puede sonar como una obviedad, pero eso es lo que más destaco de esta Chrissie Hynde de 73 años, de jeans, botas a la altura de las rodillas, remera estampada con una calavera y el mismo corte de pelo que en la juventud, que brilló anoche junto a sus Pretenders en el Movistar Arena.

Acompañada de su socio más contemporáneo, el guitarrista James Walbourne, el bajista Dave Page y el baterista Kris Sonne, largó su show a las 21 horas puntual. El comienzo de la noche para el recuerdo, con “Hate For Sale”, nombre del también disco lanzado en plena pandemia.

Solo algunas telas que cubrían un pseudo techo del escenario y unas simples luces fueron necesarias para decorar la escena que tuvo como temas consiguientes a “Turf Account Daddy”, “Kid” y “My City Was Gone”, en referencia a su hermosa Akron, Ohio natal.

El show sirvió y funcionó como un recorrido no solo de la historia de la banda, si no también de la incursión de diversos géneros musicales, ya sea desde el new wave y el post punk, como del rock, el country, e incluso el reggae, con “Private Life”.

“Boots of Chinese Plastic”, “Thumbelina” y “Talk of the Town” fueron las encargas de englobar la era más rockera para adentrarse en el primer gran hit de la noche: “Back on the Chain Gang”.

 

La misma Chrissie invitó al público a que se ponga de pie, y a quienes ya lo estaban, que bailen. “Junkie Walk” y “Let the Sun Come In” sirvieron como puente para que continúe el movimiento de los huesos con “Don’t Get Me Wrong”.

Como si hasta ahí fuera poco, sonó “Forever Young” (“Por siempre joven”), una canción de Dylan que, según contó la misma Hynde, alguna vez Bob se la dedicó. Y allí es donde regresamos al comienzo de esta crónica, donde hablamos de un ícono rockero más que vigente, y nunca mejor explicado que con esa canción.

Finalmente “Middle of the Road” marcó el primer “encore” de la noche.

A su regreso, se hicieron presentes “Message of Love” y “Stop Your Sobbing” canción de 1964 de los Kinks que los Pretenders ya habían grabado en 1980. Dicho sea de paso, y un dato no menor: cuando la banda hizo dicho cover, su líder jamás hubiera imaginado que quien 45 años después terminaría siendo su guitarrista (Walbourne), sería un músico que formó parte de la banda solista de Ray Davies, cantante de los Kinks.

Al margen de esas bellas casualidades que da la música, “Tattoed Loved Boys” se interpuso como la antepenúltima canción, dando lugar a la emoción a flor de piel con “I’ll Stand By You”.

Con otro amague de finalización, Pretenders volvió a escena y eligió “Precious” para cerrar una nueva noche de comunión con el público argentino.