Por Felipe Palumbo
17 de junio de 2021
Durante la década de los ’80 la ciudad de Manchester fue el epicentro musical de Gran Bretaña y de toda Europa. Brillaron en esos años Joy Division, The Smiths y New Order, que introdujeron al rock británico las etiquetas de Post Punk, Synth Pop y Dark Rock.
Corría el año 1989 y esa escena musical que había arrasado durante los ’80 estaba llegando a su fin. La muerte de Ian Curtis, el vocalista de Joy Division, la separación de The Smiths y el agotamiento de New Order dieron el pie para la aparición de una nueva generación, que también tendría su epicentro en Manchester.
The Stone Roses se formó en 1983 con Ian Brown en voces, John Squire en guitarras, Mani en bajo y Reni en la batería. Después de muchas idas y vueltas, incontables ensayos de prueba y varios singles editados en distintos sellos, en 1988 se juntaron con el productor John Leckie, que venía de grabar con Pink Floyd.
Es así como el 2 de mayo de 1989 sale a la venta el homónimo disco compuesto por 11 temas en la edición británica, y con la adición de “Elephant Stone” y “Fools Gold” en la edición norteamericana.
Un disco “redondo”, perfecto de principio a fin. Canciones para bailar y flotar, para enamorarse de las melodías, los pantalones holgados y los flequillos adolescentes.
“Quiero ser adorado” I Wanna be adored canta Ian Brown lleno de hedonismo, luego de una larga introducción que parece no terminar hasta que se suma el bajo de Mani y cada uno comienza a aportar lo suyo. Una declaración de principios que después se va a mantener lo largo del disco.
La batería y el bajo dan la pauta para el arranque de She Bangs the Drums, un tema movido y envolvente, sin duda de los más representativos del disco.
Waterfall es probablemente uno de los temas más redondos, con un ritmo hipnótico y una increíble línea vocal de Ian Brown.Es tan pegadizo este tema que, cuando termina con la guitarra psicodélica de John Squire, arranca Don’t Stop que es la misma Waterfall pero al revés. Con una letra adaptada y una larga introducción, fue un experimento que podría haber salido mal, pero que sin embargo fue un éxito.
El estribillo y el verso final de Bye Bye Bad Man es un deleite. Como todas las bandas alternativas de la época, tenían problemas con la monarquía y esto lo dejan claro en Elizabeth my Dear. (Song For My) Sugar Spun Sister un tema hermoso por donde se lo mire, que demuestra la creatividad que tenía el cuarteto por ese entonces.
Made of Stone es otro de los temas principales del disco, que también fue publicado como single. Esta canción habla sobre pedir un deseo y verlo hacerse realidad. Otra genialidad melódica y de voces. Shoot You Down nos demuestra que no hace falta ser cursi para escribir una hermosa canción de amor.
Para empezar a cerrar el disco, This Is The One empieza muy tranquila hasta que explota todo en los últimos minutos. Una canción digna de sonar en un estadio. La edición británica la cerraba I Am The Resurrection, un auténtico tema de psicodelia bailable, un delirio de ocho minutos que termina con un solo de guitarra inolvidable de John Squire.
Por último, está Fools Gold, que cierra la edición norteamericana editada en CD y nos regala casi 10 minutos de una especie de Funk Psicodélico con una guitarra wah wah fiel al estilo Hendrix.
El legado de este trabajo es inmenso: dio inicio a la época dorada del Brit Pop, y fue la influencia principal de todas las bandas de los 90.
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