Por Axel Velázquez

John Bonham es uno de esos bateristas que cambiaron la historia del rock para siempre, pero ¿por qué? Veamos. Antes de Bonzo, como le decían a Bonham, el papel del baterista en el rock era de marcar el ritmo, el tiempo y carecía del protagonismo que sí tenía la guitarra con sus extendidos solos, sus efectos de sonido y un sinfín de motivos. Sin embargo, esa no es su principal contribución al género. Su mayor aporte es que creó un lenguaje completamente nuevo tomando elementos de bateristas de jazz pero incorporándolo a la música de Led Zeppelin de manera que creó un universo de sonidos que resultaban muy rudos para la época y que anticiparon el sonido del heavy metal, no solamente a la batería sino a la música en general. Y no es que nadie antes lo hubiese intentado, de hecho Ginger Baker, Mitch Mitchell y Charlie Watts pertenecían a la generación de bateristas británicos que incluyeron lenguaje del jazz en sus respectivas bandas de rock pero parece que John Bonham era la pieza que faltaba para que ese lenguaje se universalizara y trascendiera del simple hecho de la adaptación a la creación de un lenguaje nuevo. Junto Keith Moon, Mitch Michell, Ginger Baker, Ian Paice y Bill Ward, John Bonham contribuyó de manera definitiva a crear el lenguaje del heavy metal y el hard rock en la batería. Veamos cuáles son las 10 canciones que mejor demuestran sus capacidades y su legado.

 

10. DAZED AND CONFUSED (LED ZEPPELIN I, 1969)

Una estupenda manera de darse a conocer en el rock en apenas el primer disco de Led Zeppelin en 1969. Sin titubear, Bonzo protagoniza la canción con sus breaks, sus cambios de ritmo, los matices y los detalles en su ejecución.

La canción se divide en tres secciones. La primera es el verso donde además del protagonismo total de Robert Plant y las líneas psicodélicas de Jimmy Page, lo que más destaca es la ejecución de Bonham tras los tambores. Su ritmo es sencillo pero los breaks es lo que hace de esta primera sección algo memorable. Bonzo emplea breaks de tresillos y seisillos orquestados en toda la batería de una manera muy similar a la empleada por bateristas de jazz como Elvin Jones o Max Roach.

La segunda sección son los efectos de sonido de la guitarra de Jimmy Page donde Bonham contribuye a dar esa atmósfera que tanto caracteriza a esta parte de la canción. Además, aquí empezará a hacer notar uno de sus mayores sellos como baterista: la marca del tiempo en el hi hat con el pie izquierdo, de esta forma queda libre su mano derecha para jugar más en el set.

La última sección es el solo de guitarra donde si de por sí Page aporta una sonoridad estridente, de virtuosismo y de mucha energía, Bonzo aporta lo suyo con grandes breaks pero siempre haciendo resaltar al guitarrista, instrumento central en esta sección. El ritmo es frenético y veloz, por lo tanto muchos dotes técnicos del baterista inglés van a quedar registrados aquí. El break que toca al final de solo de guitarra es una orquestación de tresillos repartidos entre los toms y el bombo, una prueba eficaz de su gran técnica. Hay que señalar el adorno que emplea entre bombo y tarola a manera de flam durante muchos puntos del solo de guitarra, aportando un efecto de trueno a la canción lo cual queda excelente debido a la energía que la canción pide aquí. Recomendamos la versión en vivo de Danish TV de 1969. Sin duda, se trata de un excelente tema para conocer a Bonham.

 

9. NIGHT FLIGHT (PHYSICAL GRAFFITI, 1975)

Una de las canciones más desconocidas de la banda. No solemos ubicarlo como un clásico pero se trata de uno de los mejores trabajos de John Bonham de toda su carrera.

Este tema es una verdadera cátedra de hacer breaks para todo baterista. Aquí se encuentran muchos de los breaks que tanto hicieron famoso a Bonzo en toda su carrera. Por ejemplo, al final de la canción se encuentra exactamente el mismo break que toca durante el solo de guitarra en “Stairwat to heaven”. Además, ese break atresillado de cuatro golpes uno en tarola, tom de aire, tom de piso y bombo va a ser un motivo rítmico repetitivo en los breaks encontrados aquí.

Aparte de los breaks se destacan los detalles en el ritmo de la canción, el cual es sencillo pero los adornos de dobles entre bombo y tarola, las aberturas del hi hat y los diversos matices empleados demuestran que Bonzo prestaba atención especial a los detalles. Todos los cambios de matiz van en función de Robert Plant, es decir, cada vez que el cantante gritaba o da una alta Bonham reacciona con algo, ya sea un break, un cambio de ritmo o un matiz importante, lo cual ejemplifica muy bien que era un baterista que iba en función de la música. Una canción que, en caso de no conocerla te la recomendamos ampliamente.

 

8. THE LEMON SONG (LED ZEPPELIN II, 1969)

La canción donde John Paul Jones protagoniza de principio a fin, pero John Bonham no se queda atrás. Presenta varios cambios de ritmo y muchos breaks de tresillos y seisillos orquestados entre bombo, tarola y toms, muy al estilo de Art Blakey o Elvin Jones. La improvisación colectiva que aquí se presenta es genial y Bonzo con diversos matices, notas fantasmas en tarola, fills ternarios y una gran cantidad de adornos demuestra su capacidad para interactuar con la banda. Quizá se trate de la canción más jazz de Led Zeppelin grabó en el estudio por el nivel de interplay que demuestran.

La estructura de la canción es sencilla, consta de los 12 compases básicos del blues y en una segunda vuelta el tempo sube exactamente al doble de velocidad. En esta parte Bonham ejecuta combinaciones de corcheas en el bombo tal cual se hace muchas veces en el metal a tempos muy altos. Vale la pena prestar atención cómo interactúa el bombo con el bajo de John Paul Jones.

 

7. OUT ON THE TILES (LED ZEPPELIN III, 1970)

Al igual que pasa con “Night flight”, esta canción no es de las más conocidas de la banda, debido en parte porque nunca la tocaron en vivo más que el riff inicial para “Moby Dick” retitulada “Over the top” por Robert Plant.

Hay que mencionar que el riff de la canción lo creó John Bonham, por eso suena tan precisa esa batería de principio a fin. El ritmo principal presenta semicorcheas empleadas como singles y dobles entre tarola y bombo de forma muy similar al funk, influencia muy presente en Bonham en muchas canciones posteriores. La técnica de bombo es única, son golpes de fusa o 32vos mientras toca 2 y 4 en tarola y corcheas en el hi hat, siendo un sello propio de Bonzo que seguirá desarrollando a lo largo de más canciones con Led Zeppelin. También hay un cambio de compás de 4/4 a 7/8 presente a la mitad de cada verso siendo una de las pocas canciones en donde hace un compás de amalgama durante el ritmo principal, las otras son “The Crunge” y “The Ocean”. Además, en la coda tiene total libertad para tocar algunos de sus breaks más característicos.

 

6. ACHILES LAST STAND (PRESENCE, 1976)

Una de las canciones más memorables de Bonham. Durante más de 10 minutos de duración, la banda nos entrega un éxtasis de energía pura donde la sección rítmica de Bonzo con John Paul Jones es espectacular.

El ritmo es una especie de galopeo el cual resulta complicado mantenerlo por mucho tiempo. El bombo va tocando las últimas dos semicorcheas cada tiempo en sincronía con la línea de bajo, además con un volumen y un ataque alto. Los breaks de Bonham son enérgicos y contundentes entrando como una estampida de energía que ayuda a que la energía de la canción nunca baje. En general de principio a fin el trabajo de Bonzo es exquisito y nos da una lección grande de cómo tocar rock, pero también que la batería en un trabajo de acompañamiento puede ser protagonista absoluto sin restarle importancia a los demás instrumentos, al contrario, la canción tiene mucha cohesión debido al trabajo colectivo de todos los miembros de Zeppelin.

Algo muy importante es la ecualización de la batería en la versión de estudio ya que siempre la ponen a un volumen alto, esto porque la voz pricipal de la banda era Bonham obligando a que el sonido pesado de la banda se deba mayormente a él. Recomendamos ampliamente la versión del concierto de Knewborth de 1980 donde es increíble la energía que proyecta.

 

5. IN MY TIME OF DYING (PHYSICALL GRAFFITI, 1975)

La canción más larga de Led Zeppelin y una de las que más se acerca al rock progresivo. De principio a fin John Bonham proyecta una presencia enorme imprimiendo al tema una de las baterías más pesadas jamás grabadas con Zeppelin.

Se divide en dos secciones. La primera es la introducción larga de guitarra al que se le van agregando poco a poco los demás instrumentos. En esta parte, aunque Bonzo sólo toca un bombo y un par de crashes, ya deja ver todo el poderío que tendrá en toda la canción. Esta primera exposición es muy importante porque te anticipa el papel que tendrá en toda la obra.

La segunda sección es después del minuto tres donde en conjunto con Jimmi Page y John Paul Jones, Bonham realiza una base rítmica super potente usando únicamente tarola, bombo y hi hats. Posteriormente abre el ritmo tocando el hi hat con ambas manos para rellenar con el bombo junto con la línea de bajo de Jones. El bombo toca sus tan características semicorcheas las cuales le brindan una fuerza inusual a toda la canción que resalta mucho la influencia que tuvo la banda en el desarrollo del heavy metal.

Es vital la ejecución de los hi hats los cuales van abriendo y cerrando dependiendo los diversos puntos de clímax de la canción. Si pide mucha energía abre los hi hats, y al revés. Esto que parece muy básico es una de los motivos por los cuales suena tan potente este tema. Y qué decir de los breaks, otra demostración impecable de su técnica y de la imaginación para hacer fills tan rítmicos e inesperados como los que toca después del solo de guitarra que le imprimen la fuerza requerida a todo el tema de principio a fin. Un completo deleite del trabajo de Bonzo.

 

4. ROCK & ROLL (LED ZEPPELIN IV, 1971)

Uno de los mayores clásicos de Led Zeppelin contiene uno de los mejores trabajos de Bonham. Cuando pensamos en “Rock and Roll” lo primero que nos viene a la mente es el solo de batería del final o la introducción, pero el ritmo básico es lo más difícil. En él, John Bonham rellena con notas fantasmas en la tarola todos los compases. Muchos bateristas tocan este ritmo sin esas notas fantasmas reduciéndolo únicamente a los tiempos 2 y 4 y enfocándose mucho en los bombos, pero Bonzo va más allá demostrando un control de las dinámicas de manera muy especial. Esas notas fantasmas le brindan a la canción una especie de background muy sutil, un colchón rítmico que le da soporte a todo el groove tan maravillosamente ejecutado por Bonham y Jones.

Por supuesto que la introducción también es importante. Para hacerla, Bonham se inspiró en la canción “Keep a knockin” de Little Richard y tocó una introducción similar a lo que se sumaron Page y Jones. Igualmente, la intro contiene notas fantasmas de relleno en la tarola y no bombos como muchos creen, aunque sí es verdad que en vivo Bonzo toca bombos.

El solo del final es de los más recordados de Bonzo porque contiene elementos que lo hicieron famoso y que van a estar tan presentes en posteriores bateristas de rock y metal, como el tan recordado conjunto de cuatro golpes seguidos de tarola, tom de aira, tom de piso y bombo, además de la orquestación tan empleada de tresillos en los toms y bombo. Todo un clásico.

 

3. MOBY DICK (LED ZEPPELIN II, 1969)

No hay mucho que decir, es la a canción más emblemática de Bonzo. Durante más de dos minutos emplea todo tipo de trucos en la batería, por ejemplo cruzando los brazos (ver versión en vivo de Madison Square y Royal Albert Hall) y hasta tocando con las manos sin baquetas logrando sonoridades más suaves y apagadas como pocas veces se había probado en el rock. Esto es un guiño claro al baterista de jazz “Papa” Joe Jones. Las versiones en vivo de este tema duraban hasta más de media hora y dejaba ver todo el talento que Bonzo tenía para tocar la batería.

La técnica que desborda es excelente, usando flams, drags, dobles y singles repartidos entre tarola, toms y bombo de una manera tan limpia que da la sensación que escuchas a un baterista de jazz pero más rudo. Se dice que Bonham tuvo un tambor a los 10 años con el que pasaba horas diarias tocando canciones de big bands de jazz donde el baterista era Gene Krupa y Buddy Rich, sus dos influencias más fuertes. También en la versión de Royal Albert Hall Bonham hace referencia a “Blues Waltz” de Max Roach.

Es con “Moby dick” que Bonham se ganó un lugar indiscutible en la historia del rock.

 

2. FOOL IN THE RAIN (IN THROUGH THE OUT DOOR, 1979)

La última gran canción de John Bonham. Aquí Bonzo presenta un ritmo muy complejo basado en el patrón rítmico del shuffle cargado de polirritmias binarias y ternarias empleando tresillos en hi hats, notas fantasmas en tarola y un ritmo de samba a la mitad de la canción. Así es, todo esto en una sola canción.

Es importante mencionar que académicamente este ritmo es complejo ya que se requiere un avanzado nivel técnico en el instrumento para lograr los matices de la canción, lo cual tiene mucho mérito porque Bonham era de formación autodidacta, así que todo lo que toca lo aprendió por cuenta propia. El ritmo de esta canción inspiró fuertemente a Jeff Porcaro, baterista de Toto, para la canción “Rossana” de 1982, una de las canciones más esenciales para cualquier baterista de rock.

Lo importante de este tema es que Bonham nos demostraba que aún le quedaban fuerzas creativas, muchísimos ritmos nuevos que ofrecernos que hoy no podemos imaginar todo lo que nos hubiera dado Bonzo de no haber muerto en 1980. “Fool in the rain” hace digna justicia a una larga carrera de 12 años con Led Zeppelin.

 

1. GOOD TIMES, BAD TIMES (LED ZEPPELIN I, 1969)

Indudablemente la canción por autonomasia de John Bonham. Es la canción que resume TODOS los elementos baterísticos por los que Bonzo es considerado el mejor baterista de rock de todos los tiempos. Veamos por qué.

“Good times, bad times” se encuentra en el primer disco de Led Zeppelin publicado en 1969 cuando Bonham tenía tan solo 19 años de edad y el rock vivía una de sus épocas más creativas, pero absolutamente nadie esperaba impacto de Led Zeppelin y a un baterista completamente desconocido emerger de esa manera.

La canción empieza con unos cortes entre la sección rítmica de Zeppelin. Bonzo emplea ya su tan característico hi hat marcando todos los tiempos del compás. También utiliza un cencerro a manera del patrón de samba, aunque no toca el ritmo propiamente, pero es el mismo patrón de unas campanas A Go-Go. Posteriormente ejecuta un break usando tresillos en tarola, toms y bombo al más puro estilo que lo definirá por 12 años, siendo que esta canción se encuentra en el primer disco de Led Zeppelin.

Una vez empieza el verso, John Bonham es insuperable. La técnica empleada en el bombo para tocar el ritmo del verso es única. Técnicamente es extremadamente difícil para los bateristas de rock modernos ya que la avanzada técnica del pie derecho es muy buena. Consta de golpes de semicorcheas y combinaciones de tresillos en conjunto con una marca constante del hi hat con el pie izquierdo que no cesa mientras que la mano izquierda va orquestando golpes en tarola y toms, ¡¡¡una verdadera locura pensar que todo esto Bonzo lo ideó en 1969!!!

Por momentos Bonzo toca sin cesar varios golpes en el bombo sumamente rápidos y cortos en conjunto del hi hat, como si dijera que él mandara en toda la canción. El uso del bombo será su sello más grande a lo largo de toda su carrera. Incluso, muchos bateristas modernos no pueden tocar este ritmo con un solo pedal viéndose obligados a usar uno doble, pero no es así. Bonham le dio una lección al mundo entero que estaba acostumbrado a Ringo Starr, Ian Paice, Ginger Baker, Mitch Mitchell o Keith Moon, excelentes bateristas que dominaban la escena, pero Bonham es otra cosa, es la revolución definitiva que el rock necesitaba para darle forma definitiva al hard rock y al heavy metal.

Por estas y más razones, quizá, “Good times, bad times” sea el mejor trabajo de John Bonham, la canción más grande que alguna vez grabó en vida.